lunes, 5 de marzo de 2018

DOS RUTAS POR EL SOBRARBE. HUESCA.


Siento una especial debilidad por el Sobrarbe oscense, comarca extensa de unos 2.203 kilómetros cuadrados, que comprende 19 municipios habitados por menos de 8.000 personas.
El cariño que tengo hacia esta tierra no es solo por los despoblados que esconde, también lo es por una naturaleza excepcional, por su historia grabada en piedra, por la infinidad de rutas que la cruzan, por la soledad que acaricia como viento fresco cada paso que te cede,  corriendo un alto riesgo a quedarse atrapada por el dulce rigor de su llamada, por un cielo alpino de cumbres invertidas, por un hechizo que es el alma mater de quien se deja seducir sin remisión por una de las zonas más bellas de España.
Estas dos rutas las hice junto a mi hijo en un día de Semana Santa, siempre contando con un tiempo medido por lo apartado de nuestro hospedaje. Sobrarbe nos marca con la huella indeleble que deja el recorrer un espacio magno en su extensión, recóndito en su localización, imperecedero en la memoria de quien lo haya conocido. Hay cielos con nubes que arrasan debilitando la fortaleza de quien cree que lo ha visto todo. Aquí las nubes son glaciares, los ríos y cascadas son las palabras que retornan a nuestros escritos, los pueblos y ermitas el recogimiento al interior de cada uno, respetando las creencias de cada uno, hay magia y misterio, hay sosiego y paz. Y hay cumbres insalvables como el destino de cada cual, pocos lugares hay donde te sientes pequeño ante el mundo, donde la locuacidad queda derretida en color, como el verde de las praderas. El agua fluye a golpe de estruendo, rota a veces por la palabra articulada de la emoción, el frío arraiga como las rupículas que entre las piedras se desvirtuan en espectadoras de nuestro paseo.





RUTA CASCADA DEL CINCA Y CASCADAS DEL BARRANCO DE LA LARRI.

De dificultad media, unos 7 km. Altitud máxima 1.690 m. Alrededor de 4.30 horas.





Hasta la carretera es un mirador privilegiado en movimiento hacia estas montañas que nos circundan.






La ruta comienza en el aparcamiento del Valle de Pineta que se encuentra antes de llegar al parador de Monte Perdido. Estamos a 1.280 m. de altitud.






No duermen las montañas de Huesca, respiran a través de la nieve, intentando sacudirla de sus empinadas laderas. Surgen caminos por doquier.






Cascadas del barranco de la Tormosa, la primera que anoto, la primera que descongela la catedral del hielo.







El valle de Pineta es la mejor representacion del valle glaciar de todo el Pirineo aragonés.
Diversas sendas a elegir se nos abren a la par que unas maravillosas vistas. Se puede acceder al camino de Montaspro, al collado de Añisclo, a la faja Tormosa, al Balcón de Pineta y lago de Marboré y a la cascada del Cinca, lo que nos ocupa ahora.






"En los profundos fondos de valle crecen frescos bosques de ribera ( alisos, fresnos, chopos, tilos) hasta los elevadísimos parajes de más de 3.000 m. de altura. Allí arriba los hielos han esculpido bellísimos anfiteatros glaciares donde crece el pino negro, el enebro, el rododendro, el haya,  abetos, abedules, arces..."






Impresionante el circo glaciar.  A la derecha se encuentra el Balcón de Pineta.






Una mirada hacia lo ya recorrido. Sobrecoge como el cielo se achanta doblegado por la montaña.






Qué artificioso resulta a veces intentar trasladar con imágenes lo que has vivido. Imposible traer hasta aquí el sonido de una cascada de 200 m. de caída vertical,  por donde se precipitan las aguas del río Cinca que nace en el glaciar de Marboré, en la base del macizo de las Tres Sorores.







Como entregar paso a paso lo que se siente ante tan magno espectáculo.
Al otro lado del río llega el camino de la Faja Tormosa.






 A esta cascada también se la denomina como Churros de Marmorés.





Existió un puente que fue arrasado por una riada.






Y cuando cruzas ese límite entre lo que te sorprende y lo que te espera...





...le das el nombre de despedida, aquella a la que nunca te acostumbras, la que te ensombrece a pesar de cielos limpios que acompañan tu caminar. El río, que es la vida, arrebata a lametazos los distanciados afectos. 






Regresando por el mismo camino nos desviaremos hacia los Llanos de La Larri.







Una senda entre hayedos desnudos y pinos.






Un encuentro con la cascada del Barranco de Montaspro.






Un increíble paseo por escalones que van rodeando los bellísimos saltos.





Una última parada para contemplar la cascada del Barranco de La Larri.






Una pista nos devuelve al inicio. Como siempre algo se nos escapa, las cascadas de La Larri, el valle, el sendero entre hayas y la ermita de Pineta. Es lo que tiene el Sobrarbe, más de una vida necesitas para verlo todo.





RUTA DE LAS ERMITAS DE TELLA.

De dificultad baja, distancia de 2.3 km, circular.





Tella se encuentra a 1.340 m. de altitud, orientada hacia el sur, la montaña la protege por el norte de los fríos vientos.
Estamos de nuevo a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.






En su máximo esplendor , pese a lo pequeño que es, llegó a contar con siete iglesias.
El inicio de esta ruta es junto a la iglesia de San Martín (siglo XVI).
A la derecha, Punta Lierga.






La primera de las ermitas, San Juan y San Pablo, se ubica en un rincón excepcional junto al Puntón de las Brujas (1.402 m).
Es la más antigua de las ermitas documentadas del Sobrarbe.






En Tella hay tradición ancestral de brujas y aquelarres. Una forma de frenar el paganismo siempre ha sido con la edificación de ermitas en lugares estratégicos, o cercanos o en idéntica ubicación.






Del siglo XI, esta pequeña ermita es de nave única, cubierta con medio cañón, ábside con planta de herradura al estilo visigodo.
El sillar de la derecha, que formaba parte del pie del altar,  contenía una lipsanoteca de madera de pino, dentro de ella un pergamino acreditaba la consagración del templo por el obispo Borrell de Roda de Isábena. Delante de este sillar están las escaleras de acceso a la cripta.






Bajando los nueve escalones que conducen a la pequeña cripta se puede observar donde se depositaban las reliquias.






Siempre me pregunto quien es el que sueña en dónde edificar.





Dice un dicho: "Tella, Dios nos guarde de ella" Se piensa que estas tres ermitas consagradas forman un anillo protector sobre el pueblo.
Al fondo un excepcional telón de montañas, Monte Perdido y el Cañón de Añisclo.







Ermita Virgen de Las Fajanillas. En Aragón una fajanilla es una faja estrecha de terreno en una ladera ganada a la montaña para cultivo.
Postergamos su visita para no incomodar a las vacas.





Estamos en el valle de Escuaín. Tella se alza sobre Losa la Campa.
El Cinca es lo que tienen en común esta ruta y la anterior. Y el Sobrarbe.






La ermita de la Virgen de la Peña, muy modificada, es del siglo XIII. Con portada de arco de medio punto y grandes dovelas. De nave rectangular con bóveda de medio cañón.






Maltrecha hornacina en el muro norte para guardar peticiones y ofrendas.






No me perdono el no saber los nombres de cada montaña, acaso...¿Peña Solana?






La iluminación la recibe por dos ventanucos, el recogimiento es la oración del sosiego.






La imagen fue destruida en la Guerra Civil,  puede verse en el cuadro la original. La actual data del 1.995. Lleva una rosa en la mano derecha.
En octubre se celebra en Tella la fiesta de Nuestra Señora de la Peña.





Desde esta ermita se contempla el valle de Escuaín, la gran mole de Castillo Mayor, la Peña Montañesa y el río Cinca buscando el sur.






Regresamos a la ermita de Ntra Señora de las Fajanillas, del siglo XII:  "Fue iglesia parroquial de Tella hasta 1.597 en que se trasladó el culto a la nueva de San Martín en el pueblo". De planta cuadrada y ábside semicircular, fue ampliada en el XVI, se añadió la torre-campanario y una capilla a su muro norte. Durante la Guerra Civil sufrió destrozos, en 1.995 se restauró.





Ante todo estos templos hacen las veces de excelentes miradores, por fuera sobrecogen, por dentro recluyen.





Es de nave única, cubierta con bóveda de cañón. 
Los bancos invitan al equilibrio con el encalado de las paredes.
"Es Sobrarbe y es leyenda:
Sierra Ferrera, el escudo
donde el tiempo pasa mudo
y se convierte en ofrenda..."

Ángeles Grasa.





En el altar la imagen de la Virgen, ramos de flores como ofrendas.





No olvidar que por Tella pasan el GR 19, el GR 15 y dos senderos de pequeño recorrido. Uno comunica con Bielsa a través del canal del Cinca, realizado manualmente en 1.920, una obra espectacular para un bellísimo sendero de 14 km. El otro une el pueblo con Hospital de Tella.






Una cruz, símbolo protector en el dintel de una ventana.





Un último paseo por Tella para acabar la tarde callejeando por su única travesía y anotar que,  para una nueva visita, habrá que hacer una parada en la Casa del Molino y Museo del Oso Cavernario. En la planta primera está la Oficina del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, con una pequeña sección dedicada a explicar el sistema de aguas subterraneas de la zona y una entretenida exposición sobre leyendas y brujerías pirenaicas. En la planta superior está el Museo del Oso, que se puede complementar con una visita a la cueva de los Osos,donde se hallaron los restos de uno de estos animales prehistóricos.
No olvidar que el dolmen de Tella también solicita una visita.



Abril de 2015.



Bibliografía:

-"Canecillos y arquivoltas".
-"Excursiones por Huesca"
-Tella. Villa de Aínsa.
-Románico aragonés. Ermita de los Santos San Juan y San Pablo.
-"Rutas por Aragón. Sobrarbe" Editorial Prames.








2 comentarios:

  1. Bueno Rosa otra entrada preciosa, empezando por esa geografía que como nos la haces,no te cansas de leerlas,que cuando en alguna ocasión me as dicho que las haces largas,pues a mí siempre me quedo con ganas se me hacen cortas, y ver esas bellas fotos de la naturaleza todavía mas, que por cierto no se te escapa nada hasta los pequeños detalles tu Los ves, cómo por ejemplo la pequeña cruz de la ventana,esta entrada me a recordado al tiempo precioso de ahora con la lluvia,esas cascadas tan bonitas fuente de vida precioso todo un abrazo.

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    1. Con menor altitud vosotros tenéis la cascada del "Pozo Sin Suelo", preciosa, ahora se puede ver en toda su magnitud. Ayer tarde regresé a verla y recomiendo su visita, con toda la precaución posible, el desnivel viniendo desde el camino de la "Fuente el Lobo" es considerable. Ya ves que rincones mágicos los hay por todas partes. No dejes de ir a verla. Un abrazo a los dos.

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