Me pregunto si hacía falta marcharse tan lejos para entender el mundo. ¿Acaso el mundo no puede encerrarse entre nuestras manos?, ¿ por qué partir tan remotamente para perseguir un sueño?. Éste está tan cerca que por eso no lo vemos. Quiero creer que seguiremos paseando juntos emulando ser caminos que se entrecruzan, interpretando símbolos que destacan entre piedras recubiertas de hiedra, recibiendo soplos de aire fresco, calentando el frío de tus manos. Dime, ¿a quien le pasaré la botella para saciar tu sed?. No veremos desnudarse los árboles con la llegada del otoño, ni los lirios azules que pueblan los calares, ni las primeras margaritas en febrero, ni los arroyos descolgándose con ese rumor de brecha henchida de agua impetuosa.
Quiero que sepas que el camino lamenta tu pérdida y palidece la mañana sin tu sonrisa.
Llegó irremediablemente el día en que entendí que desde los cielos que circundan la bóveda de tus estrellas, tú siempre caminarías por delante de mi y te me perderías de mi vista.
Me ocurre a menudo en cada revuelta del camino, donde ese trazo sinuoso se pierde tras una curva, que quisiera que la sorpresa fuese la que te me devolviera como esa breve imagen que del pasado retorna al presente cuando apretamos con fuerza los ojos.
Duele tener que volver a la normalidad de compartir las estancias con tu ausencia. Sí, y adolecerme por el silencio roto de tu desamparo.
Duele pensar que sin ti, hijo, no es todo igual, que ni siquiera amanece de igual manera. Creía que iría superando tu lejanía, intentando rellenar cada instante con las huellas que ibas dejando.
Atrás queda la nostalgia del juego a encontrar palabras que inicien un cuento, tú siempre me ganabas. O escuchar música, debatir sobre una buena película o compartir el sofá viendo nuestra serie favorita.
Ya no estará tu mano fuerte cerca para ayudarme a superar un precipicio. Tendré que acostumbrarme a cada vez que suba una montaña a imaginarte sentado en el mismo filo del abismo, allá donde corta al horizonte sometiendo al vértigo a raya. Ni podremos perdernos por trazos distintos en los caminos para encontrar la salida en un intrincado sendero.
Hijo mío, vuelvo a escribirte no porque se me acaben los argumentos, sí porque la desolación de mis ruinas han fructificado en mi interior, anidan en mi corazón desgastado. Me siento como ellas, vacías a la intemperie, conocedoras de mi propia limitación. Intento poner los medios que me sostengan en tu recuerdo, no quiero que la depresión se aloje en mi razón.
Quisiera tener el poder de transmutar el presente al pasado y no permitir que partieras e intentar detener el tiempo, en el preciso momento en el que nos dimos un último abrazo en esa breve despedida. Déjame retroceder, quizás lo único sobre lo que tenga poder, y vuelve a estrecharme la mano mientras paseamos por el campo.Te veo tan pequeño... vuelves a escaparte pero me lanzo tras de ti y consigo agarrarte porque el peligro no quiere trato con las travesuras de un niño.
Pero la vida sigue, amaneciendo para todos. Continuaré caminando para sumergirme en la inquietud del bosque teniendo presente que tú siempre vas por delante y yo te sigo.Nada mejor que devolver la luz, con esta entrada, a un precioso pasaje en nuestra existencia, ese verano en el que decidimos hacer el Camino del Norte. Llegamos en autobús hasta Avilés y desde allí, a la mañana siguiente, partimos hacia Santiago, doce etapas que luego conectan con el Camino Francés.
No puedo, por desgracia, mostrar nuestra llegada a Santiago, perdí fotografías, pero sí que guardo nuestras compostelanas, credenciales que se entregan tras hacer un mínimo de km, en nuestro caso superamos los 300.
Acompaño las imágenes de este camino con el bellísimo poema: "Palabras para Julia" de José Agustín Goytisolo.
"Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso".
Septiembre 2009.
Dedicado a ti para que cuando abras el blog de tu madre sepas que siempre habrá algo tuyo en lo que escribo, en lo que pienso mientras camino, en lo que apoyarme cada día para continuar.
Recuerda con nostalgia este Camino que hicimos juntos, aprendimos que el dolor siempre nos hará fuertes, que compartir es esencial en la vida, que no necesitamos apenas nada para ser felices.
Los lazos nunca se deshacen si el nudo se hizo fuerte.
Te echo de menos.
Tus hijos no són tus hijos ; Són hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma; No vienen de tí, sino a través de tí , y aunque estén contigo , no te pertenecen . Puedes abrigar sus cuerpos ,pero no sus almas ,porque ellas viven en la casa del mañana...............Así empieza el precioso verso de KHALIL GIBRAN que encontré dentro de un libro de Juán Goytisolo que me regaló alguien especial ,cuando tuve mi primer hijo.
ResponderEliminarParecía que estaba allí por error pero no ; era parte del regalo . Y es un regalo que alguien te explique de la forma más bonita cuando tienes un hijo, que realmente no te pertenece. Que tu cometido ,que esa colaboración que te pide la naturaleza, termina cuando él pueda volar y ser independiente .
|Como cuesta lo de que se alejen de nosotros!Pero a la vez , ¡¡Que orgullo que puedan hacerlo gracias de alguna manera a nuestra colaboración en su proyecto de vida ,como los arqueros con tino que dice Gibran.
Los sentimientos están ahí afortunadamente, porque són el motor de nuestra vida , pero si es cierto ,que cuando miramos detrás de nuestro dolor por ausencias y pérdidas y dejamos a un lado el afán de poseer cosas que no son, y nunca han sido nuestras,se nos abre la mente y podemos ver con más claridad, que no podemos meter una estrella en un bote de cristal y tenerlo en nuestro salón para contemplarla.
Querida; un hijo con proyección de futuro, pertenece al mundo!
Eso es lo que he hecho "meter una estrella en un bote de cristal". No tenía otra opción si quería mantener el recuerdo de mi hijo, de ahí la entrada. Unos colocan fotografías en su salón o enmarcan los diplomas o hablan sin cesar de lo magnífico que es su hijo. El mío ha sido, desde muy pequeño, parte de estos caminos que hemos ido recorriendo. Huesca, Jaén, Albacete...han sido nuestros destinos, hasta que voló hace ya algunos años. Pero volvía a veces y compartíamos rutas. Desde la de Guadalajara hasta la del sábado pasado transcurrió mucho tiempo, pero vino el fin de semana para despedirse y lo hizo de esa manera que solo los dos entendemos.
EliminarSé, como todos los padres, que cuando tenemos un hijo no es para que nos cuide, ni para proyectar sobre él las soluciones a las carencias que tuvimos. Simplemente he querido dejar constancia de que la lejanía incrementa el sentido de pérdida, que alarga y desconecta la comunicación, que te desapega y te deja huérfana de sentimientos, esos que cada día hay que alimentar porque sin ellos no somos nada.
Llevo este "luto" particular de una forma precaria, es cierto que esta situación no es nueva, se ha ido repitiendo en el tiempo pero a veces te golpea justo cuando la tristeza toma terreno en tu vida.
Me quedan muchos viajes por hacer, muchos libros por leer, muchos sueños por cumplir, pero la añoranza no puede ser borrada de nuestro corazón.
Si por algo merece la pena mantener el blog es por comentarios como el tuyo, un auténtico placer leerte, sabes como llegar hondo y ayudar a aligerar esa carga que a veces nos pesa porque no sabemos como adaptarnos a ella.
Muchas gracias. Un abrazo.
Amiga Rosa, yo como bien sabes no se usar las palabras con muchas florituras, pero lo que si te aseguro, que lo que un hijo ha vivido y compartido con su familia, y en especial con su madre, que a fin y a la postre fue la que le dio de mamar, eso, siempre sale a relucir y para bien, aunque parezca que es el hijo más despegado del mundo. Te lo dice uno que ya ha pasado en numerosas ocasiones junto con mi mujer, por el trance que estás pasando. Pienso que el trabajo es de lo más sagrado que tiene una persona y que por desgracia “está donde está”, y que no hay más remedio que aceptar la partida de nuestros hijos. Se suele decir que “mal de muchos es consuelo de tontos”, pero piensa que peor sería tenerlo en tu casa, metido en su habitación con las maquinitas, mareando la perdiz y pensado en las Batuecas. ¡Saca pecho! y dile al mundo entero que hijo más fenómeno tienes. Ya mismo lo tienes de nuevo de vuelta.Un abrazo. Miguel Mesa.
ResponderEliminarSabes Miguel que escribir es una forma de liberarse, yo lo hago porque lo entiendo así. El está contento y eso es lo que importa. Por fin ayer, desde hace 5 días, pude hablarle y se me descargó la pena que sentía. Así que ahora continuaré con una nueva entrada y ésta, que él aún no ha leído, quedará a mano para cuando necesite abrir el cajón de las añoranzas.
EliminarGracias amigo. Un abrazo.
Hermosa entrada de principio a fin escrita desde esa parte del alma que tanto duele y emociona. Sin embargo no te permite ver que estamos en el siglo de la comunicación y las distancias ya no entienden de geografía sino de sentimientos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Las distancias desconocen la palabra "abrazo", devalúan el sentido de nuestro esfuerzo y agolpan de inquietudes nuestra existencia. Pero hay que adaptarse y respetar el deseo de los demás por encima de todo.
EliminarMuchas gracias Antonio.
Cuando he visto padres con hijos dependientes por incapacidades físicas o psíquicas , he pensado en el gran regalo que me ha hecho la vida al concederme hijos sanos de cuerpo y mente.es quizá por eso que cuando han tenido que alzar el vuelo por sueños ,amores ,trabajo o simplemente por la necesidad que tiene el ser humano de sentirse libre,no he sentido la sensación de pérdida de algo tangible .
ResponderEliminarLos abrazos se dan con el alma y me bastaba con saber que estaban felices para minimizar la percepción de ruptura de cordón umbilical y el síndrome de nido vacío.
Un poeta que admiro mucho por su elegancia espiritual, decia al final de un hermoso poema : Y pronto todos se independizaron - Siguiendo varios rumbos en la vida - Mas nunca recibí una despedida- Porque del alma nunca se ausentaron. ¡Pues eso!