martes, 28 de mayo de 2019

RUTA OS CORTÍOS. BARCIA. CONCEJO DE SANTA EULALIA DE OSCOS. ASTURIAS.



Esta fue una de las primeras rutas que hice por el concejo de Santa Eulalia de Oscos, era un 11 de septiembre del 2014, un día cálido de sol brillante.
 Por aquel entonces con mi pequeña cámara, que iba saliendo indemne de tantas caídas, me dediqué a salir de excursión por las mañanas y por las tardes eran, solo y exclusivamente, para visitar Ancadeira.
Este es el PR-AS 278.




El acceso a la ruta se hace desde la AS 27, donde se puede aparcar en una pequeña área recreativa.
Parto desde la vega de Barcia, río y aldea que comparten nombre.



Junto al río la hermosa construcción de la familia Martínez de Lastra y Ron.



Es un conjunto de casona, hórreo y capilla.



Aunque el bosque predominante es de robles y castaños, es fácil ver acebos.



Y fuentes, nunca podrás decir que pasaste sed en Asturias.



Se trata de una ruta circular, este es el puente que une el camino de ida con el de vuelta. Ahora no me desvío por ti.
Sígueme.



Bajo la sombra de avellanos cruzo mi primer puente.



"En algún lugar existe un río que fluye a través de la vida de cada persona"
Tanako Shozo.



Tú, cortín de Carrelo, serás el primero que vea en esta comarca.
Hasta entonces no entendía lo que son estas construcciones. 
Pensemos que en la economía de estas aldeas siempre se contaba con colmenas y que en Asturias abundaba el oso. Es fácil, entonces, deducir que era imprescindible protegerlas del depredador y eso se hacía con los cortinos.



Se pueden observar las piedras donde se apoyaban las colmenas o trobos. El tiempo ha dejado en desuso también estas construcciones que gracias a rutas como esta nos permite entender la vida de antes.
Encuentro un gran artículo que nos lo muestra:
"En Asturias, uno de los aprovechamientos tradicionales del monte era la apicultura, que se manifiesta en el paisaje con dos construcciones específicas de esta actividad y gran valor etnográfico: los talameiros o talameras y, sobre todo, los cortinos.
Ambos modelos de colmenares aparecían y aparecen diseminados por las laderas solanas de los montes bajos y servían para proteger las colmenas del fuego y de los osos. Se extendían sobre todo por los concejos más occidentales de la región. Además, junto a estas construcciones, también existían otros colmenares localizados en peñas o lugares rocosos de difícil acceso, donde los "abeyeros" añadían muros o afloramientos de rocas para facilitar la instalación de las colmenas..."
Casimiro Sixto Muñiz.



Un cartel aclaratorio, inductor de la enseñanza.



Y un hermoso robledal, todos lo son. Y un camino que conduce a las entrañas del silencio.



Eres el arroyo de A Pasadía.



Barcia a lo lejos. Puedes apreciar las parcelas y los bosques, parece que el tiempo no haya transcurrido deprisa, recuerda que aquí se detuvo hace siglos, ese es su mayor encanto.



Debería haber visualizado el cortín de Menor pero quizás la sinuosa carretera rodeada de frondosos bosques me distrajo, o quizás fuese la envolvente naturaleza que acapara las delgadas líneas de las pistas, vertebrándose como lacerante columna.



Estas sendas que transcurren por líneas de cumbres en constante equilibrio de hirientes brezales que impiden dar un mal paso.



Este es el cortín de Navallo. Confieso que a raíz de verlo aumentó mi interés por él. Os anoto lo que explica el cartel:
"El cortío es una construcción tradicional sencilla de planta redonda, elipsoidal o cuadrangular, formada tan solo por un muro de mampostería de dos o tres metros de altura. El muro del cortín se construye siguiendo la pendiente del terreno para que no exista sombra en su interior.



La mayoría de los cortíos tienen una pequeña puerta para entrar y los que no la poseen se accede a ellos a través de una escalera de madera.



En el interior es frecuente que se construyan unos escalones para las colmenas (trobos), con su solera de piedra. Los trobos suelen ser de tronco de sofreira (alcornoque), aunque los hay de otros árboles.



En la parte superior de los muros se colocan unas piedras más gruesas denominadas bardaso tondías que sobresalen hacia afuera. Son un refuerzo contra la lluvia y presentan una mayor dificultad para que el oso no acceda al interior.
Se construyen generalmente en montes de mano común y no muy cerca unos de otros para que no mueran los enjambres ni trabajen de más las abejas. Representan un importante refuerzo en la economía doméstica ante la ausencia de azúcar, la miel actuaba como suplente y la actividad apícola en la comarca era muy importante.
Los cortíos se extienden especialmente por el interior de la comarca, siendo muy escasos en las parroquias costeras"



He visto tantos muros en los Oscos, abrazados por el musgo, en simbiosis perfecta del bosque y la piedra.



Aprendamos de la arquitectura sin artificios.



"Puente de dos columnas, y yo río. Tú, río derrumbado, y yo su puente abrazando, cercando su corriente de luz, de amor, de sangre en desvarío"
Blas de Otero.



Son 38 núcleos los que componen el concejo de Santa Eulalia de Oscos. Barcia es una aldea que en 2018 contaba con 19 habitantes.
Si tenemos en cuenta que en la capital viven 149 personas, Barcia sería de las que más habitantes tiene, superada por Millarado (20), Pousadoiro (23), Quintela (26), Teixeira (33) y Ventoso (26).
Los hay ya que no tienen población alguna. Al fin y al cabo siempre sale el mismo tema y los Oscos es un buen lugar para venirse a vivir.
Estás a 710 m de altitud.
Cuentas con turismo rural. 
No hay excusas para no visitarte.





Pero volvamos al artículo, no dejemos a los cortíos sin miel.
"Las abejas son el único insecto que desde tiempo inmemorial explota el campesino asturiano que pertenece a la casería, base de explotación familiar del campo en Asturias,  y que son tratadas como un "ganado" más, según consta desde el año 1247 (observancias de Aragón -Jaime I). A día de hoy están clasificadas como ganado menor. Al tratarse de un insecto semisalvaje con el que las relaciones son siempre difíciles, para tener éxito con ellas "había que entenderlas", y para ello no servía cualquier persona, de modo que así surgió la figura del "abeyeru" o "abeyeiro" o especialista en este ganado.
La miel era un comestible habitual en casi todas las casas campesinas. Se consumía en grandes cantidades en los meses de verano, coincidiendo con la época de mayor trabajo (siega de la hierba, cosecha de centeno, escanda y trigo). La cera, por su parte, era un valor de cambio importante, pues se vendía por dinero, se trocaba por especias y, a veces, se empleaba para pagar las rentas de la tierra. La abundante producción de cera permitió la formación de una industria, cuya instalación más destacada eran los lagares de cera donde esta se cocía, exprimía y limpiaba, con la ayuda de un lagar de viga con husillo y pesa...
Otras manifestaciones de la importancia del cultivo de las abejas son la entrega de colmenas y colmenares en las dotes que los padres dan a sus hijas para casarse...
La imposición de rentas en cera por parte de los monasterios a los campesinos asturianos, favoreció el arraigo, desarrollo y mantenimiento forzoso de la apicultura en Asturias..."
Casimiro Sixto Muñiz.




Y acabamos donde empezamos. En teoría serían 3h.30 min.
En realidad, un desnivel de subida de 141 m. y de bajada de 161 m.
Un total de 8,822 km.
Un precioso paseo.


Septiembre 2014.


Imprescindibles:
"Asturias. 30 pequeños recorridos y 6 senderos locales" Tomo V. Antonio Alba Moratilla.
"Algo de historia sobre la apicultura en Asturias" Casimiro Sixto Muñiz.






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