martes, 12 de noviembre de 2019

AÑOS DESPUÉS, PORCIEDA. VEGA DE LIÉBANA. CANTABRIA.



Fuera, el olor a nubes bajas impregna la mañana.
Después de tantos años cuesta retroceder y comenzar de nuevo.
La casualidad me reclama hasta este momento en el que vuelvo a hacer este mismo recorrido desde la distancia que marca el ...
Yo debí contarte...



Despegábamos, sin alas, de Potes. Una semana intensa que nos había llevado hasta este maravilloso pueblo y todas esas propuestas factibles que desempaquetan unas inmensas ganas de caminar.
Un autobús nos había dejado en esta localidad lebaniega. El resto, mientras no lo narre, nunca será historia.



Es el Camino del valle de Cereceda, etapa de Bores a Santo Toribio, PR- S6. Solo había que coger el sendero y dejarse llevar hasta donde llegáramos.



El Convento como se le conocía desde la Edad Media estaba en este lugar tan recóndito, desde el siglo XV.
No, desde antes.




Era la última parada antes de llegar a Santo Toribio.
¿Pero tan importante era este santo y su monasterio?
Por supuesto, en él se conserva el mayor trozo de la cruz de Cristo.
En 1512 el papa Julio II concede el privilegio a Santo Toribio de Liébana para que allí se celebrara un Año Jubilar cada vez que el 16 de abril cayese en domingo. Entonces se abriría la Puerta Santa del monasterio, idéntico privilegio tienen Roma, Jerusalén y Santiago.
Comprenderéis la importancia de este cenobio desde el medievo, y ese tránsito de peregrinos que perfectamente tras hacer este Camino podrían enlazar con el de Santiago, el del Norte.




Porcieda a la vista.
Y los enormes alcornoques de Tolibes, el mayor bosque de Cantabria de esta especie.
Porcieda se hizo famoso en 2014 porque se vendía. Su último habitante se había quitado la vida hacía unos veinte años.
También porque se avistó un ovni.
Y porque los maquis aquí estuvieron escondidos.



Este cartel nos recuerda que "Por aquí pasaba el Camino leonés de peregrinación al jubileo de Santo Toribio de Liébana". La ruta unía León con Potes, pasando por Llánaves de la Reina y el puerto de San Glorio, antes de pasar por el valle de Cereceda.




Entramos igualmente como tantos peregrinos lo hicieron antes de que dejase de ser Camino. 
Para pasar a ser camino.



Ya no queda nada de curiosidad ante el caminante, las ventanas quedan abiertas...



...como los balcones. Con ese talle resuelto, de volandas y descuellos.



Y ahí sigues preparada para el invierno, para cada estación que inmortaliza su paso, resuelta a mantener en tu memoria la imagen de peregrinos que a pesar de la dureza de este recorrido, jamás se dieron la vuelta.



"...La parte inferior, mampostería de piedra caliza, utilizando un mortero de barro; el primer piso, tabiques construidos con maderos verticales y rellenos de adobe..."
"...el pajar que se conserva a la entrada del pueblo, su cubierta a dos aguas y la magnífica estructura de madera que aún conserva, nos remite a las técnicas constructivas de los carpinteros medievales, a las "timber framed architectures" medievales británicas...En el caso cántabro, gruesos pilares de roble, pies derechos, sustentan una estructura de madera que por una parte sustenta una cubierta a dos aguas, y a su vez, habilita un espacio amplio para almacenar el forraje del ganado..."

Pecios de la arquitectura montañesa.




Te recuerdo intacta, despejada por las andanzas del rebaño, somñolienta por la caricia de fresnos y saúcos. 



Es Tudes, tan cercano, el que te ha sobrevivido. Cuenta con bar y alojamiento rural, además de ser un precioso pueblo lebaniego.
Porcieda también lo es.



"...en un lateral del corredor y en el cierre del desván, tabiques de "sardo", es decir, listones verticales de madera, en los que se entretejen varas de avellano, rellenados con barro y cubiertos con un revoco de cal blanca"

Pecios de la arquitectura montañesa.



Aunque un pueblo parezca desaparecer, muchas veces con el sencillo gesto de mantener arreglada la ermita se frena ese avance de la naturaleza contra la arquitectura.
Aunque todo regrese a la tierra, antes o después.




Cada 5 de mayo acuden desde Tudes a la romería de la Virgen de las Nieves.
Algo más sigue vivo en Porcieda.



"Levanta hacia mí tus ojos, tus ojos lentos, y ciérralos poco a poco conmigo dentro"

Gerardo Diego.



Aquí sigue emplazada la plazoleta hoy para reunión de árboles y arbustos. Exenta de cruces de miradas.
"...El episodio lo registró entonces un notario de Potes.
Al parecer, los jabalíes habían bajado a Porcieda, causando destrozos en las fincas del pueblo. Una cuadrilla de cazadores locales decidió salir una noche a su encuentro. Cuando estaban vigilando la llegada de los animales, notaron algo arrastrándose tras ellos y se giraron. Lo que observaron se describió como una enorme "rueda de coche tumbada" con una luz encima deslizándose colina abajo y dejando, a su paso, multitud de rastros en la vegetación, como marcas rectangulares de quemaduras y orificios en las rocas..."

Enrique Munárriz.




"...Dicen de Porcieda que dio cobijo a los maquis durante la Guerra Civil. En La Vega, pueblo vecino, todavía puede verse en una piedra del muro de la curva del molino, camino al cementerio, la marca de la bala que mató a Juanín"

Pecios de la arquitectura montañesa.



La espadaña con su campana, siempre dispuesta a tocar a arrebatos y alegrías.



En los Picos de Europa los brillos nunca se apagan, los pasos nunca se pierden, los sueños nunca se agotan.



Regresamos a Potes, aún nos quedarán otras incursiones, a Santo Toribio, a Piasca, a Fuente Dé, a Mogrovejo...

Agosto 2009.

Dedicado a Juan F. para que tenga mucha suerte en su nueva aventura profesional. Te echaremos mucho de menos.

Imprescindibles:
Pecios de la arquitectura montañesa. Porcieda (Cantabria).
Un valle barnizado con misterio. Enrique Munárriz.
Camino Lebaniego Cantabria.





6 comentarios:

  1. He entrado a echar un vistazo y me he encontrado con algo conocido. Hace bastante años, pasé por la comarca de Liébana,me llamaba la atención Potes y nos desviamos a curiosear,recuerdo un pueblo precioso,rodeado de montañas y con un rio de cuento, nunca olvidaré su cocido montañés; (chica, que quieres ,soy muy básica).
    Y hasta aquí mi relato en tierras cántabras.
    El tuyo, no es que me haya gustado ni mas ni menos que los anteriores,nos tienes tan acostumbrados a esa forma de volcar tu alma en lo que haces, que ya lo hemos normalizado y y lo tenemos interiorizado de tal forma que no nos sorprende,eso si, tus ultimas entradas me han servido para reafirmarme en mi idea de que nuestras capacidades, siempre serán mas grandes, que cualquier discapacidad.

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    1. Mi hijo y yo recorrimos una parte de Liébana caminando, intensamente cada día, quizás la etapa más larga fue regresar desde Fuente Dé a Potes, casi todo el camino acompañados por la niebla. La más dura, la que nos llevó hasta el Desfiladero de la Hermida, no mirándolo desde abajo, descender por él fue toda una odisea. Aquellos tiempos que recuerdo con mucho cariño, en los que sin coche, nos alejábamos sin prisas para recorrer todo lo que veíamos a nuestro alcance. Luego, más tarde, repetí, ya sola, gracias a la confianza y enseñanzas que nuestros hijos nos transmiten con todo su cariño. Muchas gracias, un abrazo.

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  2. Fascinante en su melancolía, el relato que nos haces de este viaje en esta entrada no ceja en su empeño de emocionarnos. Porcieda como pueblo, Porcieda como remanso de paz, Porcieda como refugio de perseguidos por la injusticia. Sus piedras no paran de hablarnos, pero nadie mejor que tú para transmitirnos su mensaje. Sigue escribiendo y mostrándonos la belleza de esos lugares que un día te acogieron y te contaron su historia. Nosotros seguiremos aquí, fieles a tu capacidad narrativa, a tus fotografías y a emprender ilusionados cada viaje que nos propones. Un fuerte abrazo, y ¡enhorabuena!

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    1. Muchas gracias. Queda demasiado lejano el recuerdo de este pueblo, ojalá algo haya cambiado allí, por lo menos que el tiempo consiguiera que todo se detuviese. Un abrazo.

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  3. Rosa otra entrada más, recordando tus aventuras, tanto con tu hijo como sola en la que tanto nos entretiene leyéndolas, para mí me gusta que recuerdes todos los sitios que has recorrido, y poder ver nosotros todos los lugares tan bonitos, un abrazo.

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    1. Gracias Paqui, este viaje fue muy especial, la gran belleza de los Picos de Europa y los pueblecitos,y la de veces que nos perdimos, sin mi hijo no habría podido seguir. Un abrazo.

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