"Vivimos pensando que todo nos pertenece y no sabemos que somos de los días"
Antonio Maldonado Muñoz.
Podríamos hacer caminos a lo largo de nuestros días: caminos que nos encadenasen a un recuerdo, caminos tortuosos que nos helaran la sangre a momentos, caminos laberínticos que atraparan en sus fauces a otros de menor envergadura...Todos y cada uno de ellos tienen en común esa "veta" interior que, aunque no resulte evidente, pasados los años nos permitirá volver a visualizarlos. Sin embargo hoy les traigo una senda única, sin dobleces, un viaje al pasado donde el símbolo no es aparente; donde la luz, no es casual; donde el sueño, se alcanza despierto.
Para mí una de las más bellas fortalezas de nuestro país es esta que comparto con ustedes, no solo por la impresionante imagen que se te queda grabada desde la lejanía, como si fuera una continuación de la peña donde se yergue, es que una vez dentro y diluyéndonos en la historia llegaremos a ese templo que, vacío, nos llenará de sensaciones, nos recargará de energía, nos dejará subyugados por su simple majestuosidad.
Nada es casual en Calatrava la Nueva.
Y porque para llegar hasta aquí deberíamos hacerlo con conocimiento, hoy les dejo con lo que nos dicen de ella gracias a los paneles que estratégicamente situados nos informan. Y con las palabras que un día escribió García Atienza cuando recorrió esa España mágica que tanto le apasionaba y que tanto nos encandiló.
Después, una vez imbuidos en la visita, cuando alcancemos a ser una pequeña parte de un todo, sabremos algo más de su pasado.
Que este viaje interior quede reflejado en las páginas de este cuaderno de bitácora y disculpen que falten piezas importantes de esta fortaleza, pero si buscas la soledad a ella te debes. Y no piensen, para nada, que harán un corto viaje, algo más de 45.000 metros cuadrados dan para mucho.
Aunque por estas páginas la orden militar que más ha resonado ha sido la de Santiago, la de Calatrava ha jugado un papel fundamental en la historia. Conozcamos algo sobre ella a través de las palabras de García Atienza:
"La Orden de Calatrava fue fundada a fines del siglo XII por San Raimundo de Fitero, casi como consecuencia de un plante de los caballeros del Temple, que se confesaron incapaces de defender el castillo de Calatrava-la Vieja- que les había sido encomendado para su defensa en la frontera musulmana. Se planteó, pues, desde su misma fundación, como una especie de escudo penibético frente a la influencia tremenda que estaba adquiriendo la orden del Temple en los reinos castellanos. Y aún más, con el tiempo, apenas siglo y medio después, fue Castilla la principal beneficiaria de la desaparición de los templarios, porque le fueron concedidos buena parte de sus castillos y de sus posesiones e incluso, al parecer, una porción sustanciosa de los papeles que formaban parte de los archivos de la orden. Por eso, a partir de un determinado momento de la historia, con la incorporación de muchos templarios que se habían quedado sin su estructura regular, pasó a ser, en algún sentido, la heredera de una parte del misterio que rodeó a los pobres comilitones del templo de Salomón"
García Atienza nos contaba por aquel 1989 lo siguiente:
"A la fortaleza Calatrava se accedía, la última vez que la visité, por un camino retorcido y casi intransitable que ascendía la ladera a lo largo de casi mil metros, hasta llegar a las puertas derruidas de la vieja construcción. He oído decir que el camino ha sido puesto en condiciones. Ojalá, porque emprender a pie la ascensión puede quitar a cualquiera los ánimos para continuar todo lo que queda de ruta...
Hay que reconocer que, a pesar de su estado ruinoso, el sacro convento conserva una indudable grandiosidad y hasta puede adivinarse en su estructura-sobre todo en la iglesia- una intencionalidad iniciática que se planteó a los freires de Calatrava desde su misma fundación..."
Ellos son los únicos habitantes al completo de Calatrava. Cuando cierra sus puertas, ellos continúan su ronda.
"Calle de los artesanos"
"Entorno a la calle de los artesanos se articulan los restos de varios edificios donde se desarrollaban distintas actividades de carácter artesanal, imprescindibles en un convento cisterciense y que servían para el autoabastecimiento y el mantenimiento básico de la población que vivía aquí, sobre todo en los primeros años de construcción del convento: el molino, la fragua, los hornos, y otros edificios de los que aún desconocemos su función. La calle se traza rodeando al castillo y siguiendo los desniveles de la roca natural, lo que les obliga a construir un buen sistema de albañales que evacuan el agua residual fuera de la Muralla III. En su origen ya estaba pavimentada con un tosco empedrado formado por cuarcita de mediano tamaño.
Toda esta zona aparece denominada en los documentos de la Orden desde el siglo XVI como "raso de la tahona" porque si bien todos sus edificios están en funcionamiento desde los primeros años del siglo XIII, ya en el siglo XIV se abandona de forma definitiva pasando a ser utilizado todo el espacio como basurero y escombrera, que con el paso de los siglos taparon todas las estructuras de la antigua calle.
En el siglo XVIII, el edificio que ocupa un gran espacio al sur de la calle, fue reformado para albergar dos habitaciones para criados y la librería en la planta baja; en la planta alta se construye una hospedería"
El molino de sangre:
"Se trata de un edificio de 30 m. de largo y 8 m. de ancho adosado al interior de la Muralla III, donde se instaló en los primeros años del S. XIII una tahona o "molino de sangre", llamado así por utilizar la tracción animal como fuerza motriz. Es uno de los escasos molinos de este tipo que han llegado hasta nuestros días conservando su estructura, si bien fueron muy comunes en la Edad Media, tanto en las ciudades amuralladas como en aquellos castillos que albergaban a una población considerable.
Se han conservado los restos de los 9 arcos de ladrillo que soportaban las maderas de la techumbre. En el centro están las estructuras donde se insertaba la maquinaria de madera, alrededor de la cual, la caballería daba vueltas a las muelas o piedras que molían el grano. En el extremo norte existía un espacio destinado a albergar a las caballerías que trabajaban aquí. Aún se puede ver el abrevadero de estas cuadras.
-Horno de barro:
Frente al molino se construyó, también a principios del S. XIII, un horno de barro en el que se cocían los ladrillos y tejas utilizados en la construcción del convento calatravo. El fuego se ubicaba en un piso inferior y los elementos a cocer se depositaban en una habitación del piso superior, a la que se accedía por una escalera.
-Fragua:
A continuación se encuentra a uno y otro lado de la calle varias dependencias en las que se trabajaban los metales, construidas con muros de piedra y cubierta de madera. Cada una de estas habitaciones debió ser utilizada en una parte del proceso de elaboración de distintos tipos de elementos metálicos. Los lingotes eran fundidos en pequeños hornos excavados en el suelo, y luego el metal resultante era transformado en herrajes utilizados en los edificios del convento"
Vivienda de trabajadores o artesanos:
Esta dependencia en el siglo XIII, es utilizada como vivienda de los artesanos y las familias que trabajaban en esta calle. Se construye adosada al interior de la muralla, con fuertes muros y una bóveda de piedra que le confieren una gran fortaleza. En el interior se conservan, adosados a los muros, unos poyetes que servían como asiento durante el día y como camastro durante la noche. En el extremo norte debió existir una chimenea para solaz de sus moradores. Desde la calle, cruza bajo el suelo un albañal que evacua las aguas residuales fuera de la muralla. En el siglo XVI el edificio se reutiliza para construir en su interior un horno doméstico.
La terraza superior se utilizó para almacenar leña, y como acceso al paso de ronda de la muralla"
Panel.
Intercalo las palabras de García Atienza:
"...El ejemplo má patente de este fin (intencionalidad iniciática), a mi modo de ver, está en el casi increíble rosetón de doce lóbulos que se abre como un agujero negro-en ruinas como está- sobre la entrada principal del templo. A mí, al menos, no me cabe duda: hay una intención mandálica en la construcción de esa pieza, un intento de concentrar sobre él los pensamientos de quienes estuvieran en el interior del recinto sagrado"
Quienes te diseñaron demostraron que la inmortalidad no es inalcanzable.
Villavieja.
"Los propios calatravos se refieren a este gran espacio como: "El campo cercado de la Villavieja, si bien es que era capaz para más de trescientas casas en caso que en tiempos beicosos..." Con el paso de los años, se delimitó un recinto al norte de la iglesia, comunicado con el resto de la Villa vieja por un postigo de arco de ladrillo. En el interior de dicho recinto se fueron instalando diversos edificios.
Del siglo XIII es una bóveda asociada a la Muralla II, de la que se conservan los muros y un arco en el que se intercala la roca roja volcánica y la caliza blanca. Esta dependencia sirvió más tarde como bodega, y a la vez sustentaba el edificio del Relicario construido en el segundo piso. En el fondo norte se conserva el corredor, de arcos y bóvedas de ladrillo, y varias dependencias más, todas asociadas a la hospedería mandada construir por los Reyes Católicos a finales del siglo XV. El edificio más grande, rehabilitado recientemente, ocupa todo el oeste de este recinto; su función no está clara pero pudo ser el lugar donde se ubicó el hospital de pobres. En distintas zonas existen escaleras que suben al paso de ronda de la Muralla II. Si bien, en todo el espacio se encuentran restos de edificaciones, en la actualidad es una de las zonas menos conocidas de Calatrava la Nueva, ya que tan sólo se ha excavado una pequeña parte, y por lo tanto aún puede aportar importantes avances al conocimiento de este castillo"
Panel.
Fue allá por octubre de 1991 cuando se plasmó ese maravilloso proyecto de restauración de la Escuela-Taller "Calatrava la Nueva"
Forja, carpintería, albañilería y cantería, son los cuatro talleres que han permitido formar a estos artesanos que han hecho posible lo que hoy vemos.
Llegamos con cautela al templo. La roca volcánica fuerza el encuentro.
"El rosetón gótico es uno de los elementos estructurales más importantes de la espiritualidad ocultista del gótico. Por supuesto, su origen está en el viejo crismón románico, y la intención de ambos elementos es la misma: la inducción a la concentración mental. Por eso lo llamo mandálico. Pero lo que consiguen los constructores del gótico es precisamente iluminar ese elemento con la ayuda de las vidrieras, y esa iluminación física propicia la intención meditativa y -como podría comprobarlo cualquiera que entre en un recinto gótico- atrae insistentemente la mirada, de tal modo que casi resulta imposible encontrarse dentro de una catedral como León-es un ejemplo- y no fijar los ojos en sus rosetones y comenzar a olvidarse de todo lo demás.
Juan García Atienza.
"La iglesia se construye en los primeros años del siglo XIII, de tal forma que la cabecera se encuentra integrada en la Muralla II, y el muro norte forma parte de la Muralla III. La inestabilidad del momento en que se construye le imprime un fuerte carácter defensivo, de tal forma que está coronada por almenas a las que se accede por un paso de ronda que rodea todo el perímetro de la cubierta. Su imponente presencia sigue los criterios formales de sobriedad propios del Cister, desprovista de ornamentos y de elementos decorativos superfluos, de acuerdo con los preceptos de San Bernardo. Su ubicación al norte del convento responde a las directrices que rigen las construcciones cistercienses.
En su fachada principal conocida como "Puerta de la Estrella" destaca una sobria portada de sillares en roca volcánica y, sobre ella, un gran rosetón lobulado (en parte restaurado) cuya tracería original coincide con la cristalera moderna. Más tarde, construido en el siglo XVI, llegó a tener un pórtico con arcos de ladrillo que cubriría esta entrada principal y el paso hasta el cementerio. Diariamente la puerta que utilizaban los freires, era la del sur, que comunica directamente con el claustro del convento"
Panel interior.
"...Se trata de un templo de transición del Románico al Gótico y planta basilical de tres naves con cabeceras semicirculares, la central más alta y grande, con soportes de pilastras con columnas adosadas sobre las que se apoyan las crucerías de arcos de piedra y bóveda de ladrillos en forma de "nidos de golondrina". Destaca la luminosidad que le proporciona el gran rosetón y la utilización de la roca volcánica como elemento constructivo en los pilares y nervios de sus bóvedas..."
Panel.
"...En un principio toda ella estaba pintada de blanco. Sin embargo, tanto su interior como las capillas fueron renovándose y enriqueciéndose progresivamente con importantes obras (pinturas, retablos, rejas doradas, sepulcros, un coro, etc., todo desaparecido)"
Panel.
"...Adosadas a la nave Norte se ubican varias capillas y dependencias. En primer lugar, encontramos la capilla del Comendador Mayor Diego García de Castrillo, de finales de siglo XV; al lado, la del maestre Diego García de Padilla, conocida como "Capilla Dorada" por haber estado decorada con pan de oro; a continuación (aun sin descubrir) se sitúa la Sacristía y el Relicario, donde la Orden guardaba un buen número de reliquias que sin duda favorecieron las peregrinaciones hasta esta iglesia durante la Edad Media; por último, la capilla de Gutierre de Padilla o Capilla Mayor en la que se realizaban las tomas de hábitos. En el ábside contiguo se instaló la capilla del maestre Pedro Girón Pacheco (1445-1466). En el ábside de la cabecera se encontraba la capilla del maestre Gonzalo Núñez Guzmán (1385-1404)"
Panel.
"No has despertado a la vigilia, sino a un sueño anterior. Ese sueño está dentro de otro, y así hasta lo infinito, que es el número de los granos de arena. El camino que habrás de desandar es interminable y morirás antes de haber despertado realmente"
"La escritura de Dios"
Jorge Luis Borges.
Cuando viajas por el interior de un templo como este llegas a la conclusión de que nada es arbitrario.
Al lenguaje de la piedra no le tiembla la voz.
"Sobre las tres líneas del afloramiento rocoso más alto de este cerro, se encuentran los restos de un poblado de la Edad del Bronce, documentados a través de la arqueología; sin embargo, los únicos restos visibles se encuentran en el entorno del actual aparcamiento, donde aún pueden reconocerse varios muros prehistóricos.
Posteriormente en el nivel de roca más alto, a unos mil metros de altitud, se construye una fuerte atalaya que debió servir de apoyo al vecino castillo de Salvatierra. Con el paso del tiempo, asociados a este torreón se construye una muralla y cuatro torres, creándose así un pequeño castillo; en su entorno se instala un poblado, del que han quedado restos bajo algunos edificios del convento y sobre todo en la zona entre la Muralla I y la Muralla II. La Orden de Calatrava utiliza y reintegra en sus construcciones aquellos edificios anteriores que tienen carácter defensivo (con este castillo), derribando los edificios que no le interesaron"
Panel.
"La mayor parte de las edificaciones y espacios que mejor se han conservado de este castillo, datan de tiempos anteriores a la ocupación de la Orden de Calatrava. Las portadas se construyen en roca volcánica roja, y en las bóvedas se suele utilizar el basalto. La bóveda de la entrada es el piso inferior de una de las cinco torres de que se compone su recinto y en ella aún pueden verse en los mechinales las maderas utilizadas durante su construcción.
Seguidamente se llega a un corredor abovedado construido por los calatravos, tiene tres arcos que dan paso al patio de armas del castillo.
Desde este patio, se llega a la torre del Sur que tenía tres plantas: en una planta inferior se encuentra el aljibe del castillo; de las otras dos plantas solo se mantiene en buen estado la primera, que además de bodega tuvo varios usos; de la superior sólo se conservan los arranques de la portada de roca volcánica, y en ella parece que residía el alcaide. Subiendo por su escalera principal se llega primero al torreón central y a las demás torres que se levantaron para reforzar su defensa. Desde la escalera de caracol se accede a la dependencia donde estuvo el archivo de la Orden.
El torreón central, fue el primer edificio levantado sobre este alto cerro cercano a los mil metros de altitud, tiene muros de más de 3 m. de grosor y en su origen cumplió funciones de atalaya, si bien en los últimos años del convento hubo en su interior un horno doméstico.
Todo el perímetro superior del castillo estaba protegido por almenas, y bajo la cubierta había buhardillas que servían de almacenes. Los efectos del terremoto de Lisboa, en 1755, los fuertes vientos y el posterior abandono provocan la destrucción de los pisos superiores"
Panel.
"Urgido por la fatalidad de hacer algo, de poblar de algún modo el tiempo, quise recordar, en mi sombra, todo lo que sabía. Noches enteras malgasté en recordar el orden y el número de una sierpe de piedra o la forma de un árbol medicinal..."
"La escritura de Dios"
Jorge Luis Borges.
Los Mártires.
"Se conoce así lo que era el cementerio de la Orden. Recibió este nombre a raíz del traslado de los restos de frailes y caballeros calatravos muertos en la defensa de la fortaleza de Calatrava la Vieja frente a los musulmanes.
Tenía una galería con arcos rodeando todo el recinto, en cuyo interior estaban las sepulturas de algunos personajes ilustres. Toda esta zona quedaba separada mediante una verja de hierro.
Capilla Nuestra Señora de los Mártires:
Fue aquí donde en 1217 se trasladó procesionalmente la imagen de la Virgen de los Mártires que estaba en Calatrava la Vieja. Esta capilla fue mandada construir por el octavo Maestre de Calatrava, Martín Fernández de Quintana y cuyos restos reposan en su interior.
De aquí se accedía a un patio donde estaban las sepulturas de los siete primeros Maestres trasladados desde Calatrava la Vieja.
En el S. XVI, el Comendador Mayor Diego de Cabrera obtuvo del Papa León, autorización de extraer un poco de tierra de los Santos Lugares y mezclarla en el suelo de la capilla y el cementerio, por lo que obtendrían indulgencias los que aquí vinieran a orar"
Guía de Calatrava la Nueva.
Biblioteca virtual de Castilla la Mancha (1993).
Sala capitular:
"Se trata de un edificio de gran interés por los restos arqueológicos que contiene y que están en proceso de recuperación. En las paredes se pueden ver varias pinturas relacionadas con el uso de este espacio por parte de los caballeros calatravos. Destacan las pinturas murales de principios del siglo XIII, en las que aparecen dos jinetes enfrentados con lanzas. Durante las excavaciones se descubren los enterramientos de seis caballeros calatravos; se conservan en buen estado y destacan los botines de cuero laboriosamente trabajados con los que fueron enterrados. Junto a ellos se encuentran varios muros pertenecientes a dos almacenes del siglo XII relacionados con los orígenes del castillo; en uno de ellos quedan las evidencias de una batalla en la que todo queda arrasado: numerosas puntas de flecha, restos de recipientes fabricados con esparto, enea, corcho y varios tejidos más, que guardaban alimentos como cereales, habas, castañas y melocotones; también se encuentra una mano humana carbonizada"
Panel.
"Calatrava la Nueva se levanta en el punto más alto de un cerro en forma de cono a 966 m. de altitud, rodeado de una importante vegetación autóctona, excelente ejemplo del monte mediterráneo compuesto por acebuches, chaparros, quejigos, lentiscos, cornicabras y enebros. Llaman la atención los imponentes afloramientos de roca cuarcita y las acumulaciones de "pedrizas o canchales" que se pueden ver en las laderas del cerro. Junto a las cuarcitas, dominan en el paisaje manifestaciones volcánicas como el volcán de la Atalaya en la sierra del mismo nombre y enfrente de Calatrava la Nueva. A los pies de esta sierra, y junto al puerto, los primeros pobladores musulmanes construyen el castillo de Salvatierra, siendo ocupado tanto por cristianos como por musulmanes hasta 1226, momento en el que es definitivamente abandonado. En medio, por el puerto de Calatrava, transita la Cañada Real de las Vacas"
"La elección de este emplazamiento vino determinada por las buenas cualidades defensivas que presentaba, por su altura a casi 1.000 m. de altitud, la forma en cono del cerro y su situación en el paso natural que comunica la Mancha con Andalucía desde la prehistoria. En el sur se ve la "v" que han formado los ríos Fresneda y Ojailén en su camino hacia el Guadalquivir, conocida como la Junta de los Ríos y que comunica con la zona de Andújar.
En dirección sureste los caminos tradicionales nos llevan hasta el Puerto del Muradal, utilizado en la Edad Media para llegar al Reino de Jaén"
Panel.
"Convento casa principal de la orden de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real, partido judicial de Almagro, término de la Calzada de Calatrava; á 1/4 leguas S. de esta villa se levanta una sierra llamada la Atalaya, que es la más elevada de toda la provincia, y desde cuya altura se descubren muchos pueblos á largas distancias; de esta sierra parte una cordillera á derecha é izquierda que enlazándose con otras dan principio á Sierra-morena; á poca distancia de su cúspide, mirando á su derecha, hay una cortadura natural que forma el puerto llamado de Calatrava, en cuyo plano é inmediato á la sierra á 1/2 legua de la población hay un castillo arruinado, pero que aun conserva algunas cuevas bien embovedadas de piedra, llamado de Salvatierra, y en la parte opuesta se eleva un cerro sobre el cual estuvo fundado el convento de que tratamos; su arquitectura era magnífica, su extensión y capacidad asombrosas..."
"...Pero los caballeros de la orden que gustaban mejor el habitar en la ciudad de Almagro, le demolieron á principios de este siglo, y solo queda la muralla con sus almenas, parte del castillo, algunas paredes con la bóveda de la iglesia y un buen aljibe; se llegaba á esta casa-convento por un camino empedrado muy largo y su primera puerta era de hierro. Edificio digno de otra suerte, siquiera por el albergue y seguridad que había proporcionado á sus mismos destructores"
Diccionario de Madoz (1846-1850)
Cae la tarde, un gato prosigue su camino ajeno a todo, al delator y al vencido, a la espada y a la cruz.
Visita del 2 de enero del 2020.
"El tiempo, esa aguja que cose a la historia"
Antonio Maldonado Muñoz.
Dedicado a quien abre y cierra estas páginas, la única forma que se me ocurre para felicitarle por la publicación de su primera novela.
Historia, caballeros, gatos y Borges... Muchísimas gracias por este homenaje que vuelve a dejarme fascinado con tus reportajes.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Gracias a ti por tu inestimable apoyo en este blog, con amigos como tú, vale la pena seguir adelante. Un abrazo.
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