Durante unos días en Boston he visitado museos y parques, esos lugares donde el arte se expresa en todos los sentidos. Pero si he de dar cuenta de lo que más me ha llamado la atención, comenzando por el hecho de que en esta ciudad existan bastantes cementerios, es su perfecta integración con una naturaleza bien cuidada, como si cada encuadre fuese una pintura al aire libre. Además de observar una variedad de árboles y flores que desconocía, en todo lo que ves a tu alrededor existe un orden bien calculado, obra indudable de creadores de paisajes. Y a la par las diversas formas de expresar el recuerdo a los difuntos, con estatuas, obeliscos, urnas cinerarias, lápidas de distintas formas, mausoleos...y las emotivas tumbas de niños.
Próximos están los días en los que recordaremos a los que partieron, sin embargo hay lugares donde la muerte, la remembranza y los jardines son un regalo a diario.
"Fundado en 1848, el cementerio de Forest Hills es el más hermoso de Boston y un histórico jardín, además de ser el primer parque de la ciudad. Sus 275 acres de terreno incluyen colinas, vistas panorámicas, senderos, lago ornamental, bosques de pinos y grandes áreas sombreadas por grandiosos árboles..."
Generaciones de líderes civiles, inventores, emprendedores, artistas y hombres y mujeres corrientes de Boston, han sido enterrados aquí, sus monumentos (obras maestras de la escultura y simples lápidas de piedra) enriquecen este espléndido lugar natural..."
Aquí la perfección es absoluta, hasta lo sencillo es magistral.
"Juzgado por muchos ser uno de los más grandes trabajos de la escultura americana, este poderoso monumento de Daniel Chester French recuerda a dos hermanos de mucho talento, el artista Martin y el escultor Joseph, los dos murieron jóvenes, sus prometedoras carreras fueron breves...
Forest Hills es el hogar de 4 monumentos de French, el eminente artista conocido sobre todo por el memorial Lincoln en Washington"
Martin y Joseph Milmore llegaron a Boston de su Irlanda natal y aquí desarrollaron su trabajo.
Chester en esta bellísima escultura muestra a la muerte sujetando en su mano derecha un ramo de amapolas y con la izquierda detiene la obra de Martin, la efigie que se puede admirar en otro de los numerosos cementerios de Boston, el de Mount Auburn.
Edward Everett Richards y Emma S. Richards.
Monks.
George Lamb (1849-1881)
Rosa tenía una intuición de que habías hecho alguna entrada me ha dado por mirar y mira que a tiempo,,,,,,bien te ha venido el viaje a Boston para despejarte de la rutina diaria de cada día , lo principal de ver a tu hijo tu familia.
ResponderEliminarComo yo esperaba sabía que te ibas a traer recuerdos de allí y con ello nos has demostrado ya la primera entrada muy interesante el cementerio, cuántas esculturas cuántos niño@s pequeños fallecieron me ha sorprendido ,me ha llamado la atención las esculturas de niños y animales muy interesante la verdad que sí, seguro que haciéndola conociendote como te conozco has disfrutado mucho te has relajado, y nosotros sabemos un poquito de uno de los cementerio de Boston
según nos cuentas, bonita entrada, bellísimo cementerio porque tenemos que reconocer que está bonito , bien cuidado, y muy buenas fotografías un abrazo.
Ya sabes que era reacia a salir del pueblo pero he de reconocer que hasta en una gran ciudad encuentras donde refugiarte en soledad. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarImagino cuánto has disfrutado tu visita a Boston, por distintas razones.
ResponderEliminarAñoranza, melancolía y belleza materializadas en arte. Fruto del anhelo del ser humano de aferrarse a la vida a través del recuerdo.
Gracias por compartirla.
Son lugares comunes que comparten esa mezcla de arte y sensibilidad tan poco valorados. Muchas gracias, un abrazo.
EliminarTambién en el dolor y la muerte cabe la belleza, pues el recuerdo de los seres queridos que ya no están entre nosotros puede ser fuente de inspiración y dar como fruto verdaderas obras de arte.
ResponderEliminarPrecioso relato que nos acerca y hace disfrutar de lo que se encuentra lejos.
Gracias, Rosa, una vez más.
Es otra forma de ver la "muerte", un extenso museo de arte al aire libre, un paseo increíble e inacabado. Muchas gracias.
EliminarEs impresionante esta entrada donde, como tu bien dices, un cementerio se convierte en un museo al aire libre, donde las figuras artísticas se fusionan con la naturaleza de un modo total, donde no cabe un resquicio a lo discordante, todo planificado para dar paz a los que allí se encuentran enterrados y a los visitantes. No me cabe duda de que has disfrutado de tu viaje a Boston, de donde nos has regalado esta entrada repleta de bellas fotografías que exponen la monumentalidad del cementerio de Foresth Hill, a la vez que su emotividad. Muchas gracias por darnos a conocer de una manera tan bella lugares como este. Un abrazo, Rosa.
ResponderEliminarGracias a ti, amigo mío, por tu comentario. Un abrazo.
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