Acaso la soledad es la que más sabe de destinos, aquellos donde vive y se aloja al amparo de frondosos árboles. Lugares que tienen su propia vegetación. Mientras recorro olivares, bosques cercanos, buscando esa luz del atardecer que los engrandece, mi memoria que rastrea salidas diversas me devuelve a aquel día donde un paseo por el hayedo de Tejera Negra simbolizaba la unión entre lo que tanto anhelas ver y el momento justo del feliz encuentro. Los sueños eluden no ser hojas, los arboles entrecruzan sus ramas para privarnos de la nefasta realidad. Escapar , huir, solo se puede entender por estos caminos por donde la soledad despierta al unísono de los pasos dados por el difícil párrafo de un río creciente, página de otros libros donde los viajeros en solitario dejaron plasmar sus vivencias, sus inquietudes. Entre batallas perdidas, navegamos sin barco alguno, intentando salir a flote, sumergiéndonos en el vaivén del ensueño, aquel que mece la cuna de nuestra niñez , el que cede a los desvelos de una noche de temor con la narración incompleta de un cuento. Las tormentas que agotan las nubes, tambien escapan, rehuyen nuestras miradas, ciertamente el arco iris que las divide doblega su fuerza como deja mella el cansancio en nosotros.
Se despierta cuando la realidad se ha esfumado, se camina cuando se busca lo que no tienes, se detiene cuando no encuentras una razón para seguir.
Se despierta cuando la realidad se ha esfumado, se camina cuando se busca lo que no tienes, se detiene cuando no encuentras una razón para seguir.
Hay tristezas que anidan en nosotros, esperamos que sean estacionales, esperamos y no se marchan, hay tristezas que a golpe de desencantos se acomodan en nuestro espíritu y enraizan en nuestro interior. Deberíamos ser como los árboles echando raíces para no marcharnos, elevando ramas para huir, quizás esa dualidad es la que nos persigue desde que conectamos con el mundo, nos guste o no, no nos corresponde a nosotros si nos talan, siempre dependemos de algo o alguien, a no ser que cambiemos nuestra estructura de árbol por la de un ave.
Aparentemente este blog a veces se va huyendo por las veredas del verso, mientras tanto las fotografías intentan captar la atención del lector, a veces el escribir es solo una discusión con uno mismo, una reflexión entre la soledad y el viaje.
Hoy vuelvo a Guadalajara, me apena regresar de esta manera pero necesitaba arrebujarme entre las umbrías de una cegada mañana. La niebla y la tonalidad gris reinante dejan paso al verdor de hayedos y robles, roto a veces por el negro intenso de la pizarra, entre bosques y piedras hoy se intuye viajero de versos, equilibrista en el ciego ascenso hacia lo imperecedero.
"Ahora empiezo a meditar lo que he pensado, y a verle el fondo y el alma, y por eso ahora amo más la soledad, pero aún poco"
Unamuno.
"Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía"
H. Heine.
"En la soledad no se encuentra más que lo que a la soledad se lleva"
Juan Ramón Jimenez.
"La soledad es el imperio de la conciencia"
Bécquer.
"El mundo es un libro y aquellos que no viajan, solo leen una página"
San Agustín.
"Siempre llevo dos libros en el bolsillo, uno para leer y otro para escribir en él"
Stevenson.
"Rema en tu propio barco"
Eurípides.
"Naces solo y mueres solo, y en el paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para olvidarlo"
E. Fromm.
"La soledad es a veces, la compañía más agradable y una separación, aunque corta, hace más dulce el placer de volver a verse"
Milton.
"La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad"
Neruda.
"Aprende a vivir aislado y a meditar en soledad"
Periandro.
"Vive, viaja, corre aventuras, bendice y no lo lamentes"
J. Kerouac.
"Cuando salgamos del enfrascamiento de nuestro propio ego y cuando escapemos como ardillas de la jaula, que es nuestra personalidad, para volver nuevamente al bosque, temblaremos de frío y de miedo. Entonces nos pasarán cosas que harán que no sepamos quiénes somos. La vida, fresca y reveladora, se nos adentrará"
D.H. Lawrence.
"Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero"
A. de Saint -Exupery.
"Los viajes son en la juventud una parte de educación y, en la vejez, una parte de experiencia"
Bacon.
"El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad"
García Márquez.
"He aprendido que la soledad es a veces un camino que conduce a la paz"
Carlos Ruiz Zafón.
La soledad del viajero es ahora la temática de esta nueva entrada. Y la "senda de las Carretas" la que sigo por este hermoso "Parque natural de Tejera Negra"
Entre todos los autores que me acompañan, Stevenson ocupa un lugar primordial en mi biblioteca.
Tusitala, "el que cuenta historias" le llamaban los aborígenes de Samoa. Por encima de todo fue un viajero empedernido. Siempre llevó a cualquier rincón remoto su tierra, los Highlands escoceses.
Este paseo de hoy tiene mucho de ese paisaje lejano, es cierto que no hay castillos en el parque, pero sí fuera. La imaginación se desborda en días grises, de niebla pertinaz cuando como un espejismo te traslada al interior de otros lugares soñados, perfectamente evocados por los oníricos senderos de la escritura.
Ilusión óptica que prende en el interior de maravillosos trayectos.
"En mi caso, no viajo para ir a un lugar en particular, sino por ir. Viajo por el placer de viajar.
La cuestión es movernos"
Stevenson.
"Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía"
José Vasconcelos.
"La mitad del romanticismo del viaje no es otra cosa que una espera de la aventura"
H. Hesse.
"Deja tu casa. Ve solo. Viaja ligero. Lleva un mapa. Ve por tierra. Cruza a pie la frontera. Escribe un diario. Lee una novela sin relación con el lugar en el que estés. Evita usar el móvil. Haz algún amigo"
P. Theroux.
"A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco"
Montaigne.
"Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte"
Unamuno.
"Debe ser una regla general que los solitarios nos simpaticemos. ¿O será que, sencillamente, somos antipáticos?"
Benedetti.
"Lo importante no es llegar, sino ir"
Stevenson.
"No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices"
Stevenson.
"No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos"
Cesare Pavese.
"Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar hoy nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir"
Stevenson.
"Más importante que el viaje en sí es lo que queda en el espíritu del viajero"
Miguel de la Quadra-Salcedo.
"La aventura vale la pena"
Aristóteles.
"Un buen viajero no tiene planes fijos ni la intención de llegar"
Lao Tse.
"No es tanto por su belleza que el bosque reclama los corazones de los hombres, sino por ese algo sutil, esa calidad de aire que emana de los árboles viejos, que tan maravillosamente cambia y renueva un espíritu cansado"
Stevenson.
"Para mí vivir es no tener prisa, contemplar las cosas, prestar oído a las cuitas ajenas, sentir curiosidad y compasión, no decir mentiras, compartir con los vivos un vaso de vino o un trozo de pan, acordarse con orgullo de la lección de los muertos, no permitir que nos humillen o nos engañen, no contestar que sí ni que no sin haber contado antes hasta cien como hacía el Pato Donald...Vivir es saber estar solo para aprender a estar en compañía, y vivir es explicarse y llorar...y vivir es reirse"
Carmen Martín Gaite.
"Hay una especie de amistad más tranquila aún que la soledad, y que, debidamente entendida, es como una soledad perfecta"
Stevenson.
"La soledad no es la ausencia de compañía, sino el momento en el que nuestra alma tiene la libertad de conversar con nosotros y ayudarnos a decidir sobre nuestras vidas"
Coelho.
"No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para darte cuenta cuánto has cambiado tú"
Mandela.
"Mucho mejor me sabe lo que como en un rincón, sin melindres ni respetos, aunque sea pan y cebolla, que los gallipavos de otras mesas donde me sea forzoso mascar despacio, beber poco, limpiarme a menudo, no estornudar ni toser si me viene gana, ni hacer otras cosas que la soledad y la libertad traen consigo"
Cervantes.
"Siempre llegamos al sitio donde nos esperaban"
Saramago.
"Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos"
Stevenson.
"Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino"
Gabriela Mistral.
"Para todo el que tiene miedo, está solo o se siente desdichado, el mejor remedio es salir al aire libre, a algún sitio donde poder estar totalmente solo, solo con el cielo, con la naturaleza y con Dios. Porque solo entonces, solo así se siente que todo es como debe ser y que Dios quiere que los hombres sean felices en la humilde pero hermosa naturaleza. Mientras todo esto exista, y creo que existirá siempre, sé que toda pena tendrá consuelo, en cualquier circunstancia que sea. Y estoy convencida de que la naturaleza es capaz de paliar muchas cosas terribles, pese a todo el horror"
Anna Frank.
Mayo del 2.016.
A mi hijo, siempre a él dedicado todo lo que escribo. Aquella mañana caminábamos juntos, como si fuese un preludio de aquello que después vendría, el paseaba distante, igual que yo lo hacía.
Para entender a la soledad he entresacado aquellas fotografías donde no hay nada más que naturaleza, radiante naturaleza, en un lugar donde falta él, donde solo deja huecos vacíos por su ausencia, tanto en los recorridos que compartimos como en los estantes llenos de libros y apuntes que no han vuelto a ser abiertos.
Un catálogo de viajes a la deriva que intento recoger en este blog porque sé que buscándoles su propia entrada, aún puedo retenerlo en mi memoria, por lo menos aquellos que nos unieron, hoy solitarios parajes, afluentes de melancolía.
Distraer la mente con recuerdos , elaborar informes que encaucen nuestro desamparo, quizás eso sea también parte de la soledad.
Imaginemos por un momento que enmudecen nuestros pensamientos, así dejamos de inferir en los demás compasión. No acotemos pues a la soledad, dejemos que escape, pletórica de anhelos hacia el recogimiento de cada uno de los paisajes conocidos, dejemos que los diálogos, mudos de palabras, sean cada fotografía que nos hace seguir un sendero, al fin y al cabo en la distancia común, se puede transitar por idénticos caminos.
Gracias Rosa por mostrarnos otra entrada tan bonita,parte en esta ocasión como es de Guadalajara.
ResponderEliminarComo bien dices entre bosques y piedras viajeros de versos, tanto como a través de ti vamos a prender y ver esos paisajes tan bonitos con tus fotografías,me recuerdas a un documental que en alguna ocasión a mí gustaba de ver que se titulaba un paseo por las nubes,nos enseñaban parte de los pueblos desde el aire,pues me recuerdas tu,pero todavía mejor porque con lo fácil que no lo pones gracias a ti todo lo que vamos a ver y aprender.
Y respecto a lo de tu hijo que orgulloso tiene que estar de tener una madre como la que tiene,y dedicarle las cosas tan bonitas que le dices,y normal que lo añores,mucha fuerza y palante un abrazo.
Cuando hice la entrada sobre Guadalajara decidí que más adelante iría desgranando cada uno de los lugares que visité y que en esa entrada eran reflejados todos juntos, le ha tocado al hayedo el ser el primero, ya que verlo fue la intención primera de ir a esta bellísima provincia. Por otra parte, como explico al final, y sé que tú me entiendes bien, hay muchas formas de entretener la mente para ir acostumbrándonos a las ausencias. Muchas gracias amiga, un abrazo para los dos.
EliminarIba a decir una picardía ¡manda hue….! Cuando empecé a leer tu nueva entrada estaba contento, pero al final me he quedado “anodadado” (según la RAE “Abrumar o dejar muy desconcertado a alguien), o por decirlo en cristiano paladino: “acojonado”.
ResponderEliminar¡Muchacha! alegra ese ánimo. Mira a tú alrededor, contemplas como está el personal, y por tú trabajo lo tienes fácil, luego te miras y te dices: ¡Soy capitán general ¡perdón! capitana generala con mando en plaza!, y a “otra cosa mariposa”.
Bueno ya en serio, quería arrancarte una sonrisa, y entiendo que tener a tu chavea fuera es durillo; peor sería tenerlo en la casa, metido en una habitación, matando moscas con el rabo y dando “porculillo”. Además, si tú eres una privilegiada; tienes un hijo, aunque lo conozco poco, creo que trabajador y honrado; sé que os quiere a vosotros ¿qué más puedes pedir? Piensa que tú también te fuiste de tu casa para buscarte la vida, y él está habiendo lo mismo.
Perdona los “chascarrillos” y las “picardías”……….anímate para poder animar a los que lo esperan de ti, si no estamos apañados.
Se me olvidaba: tus reflexiones y textos dejan en mantilla a tanto autor como has nombrado…….
Que tengas un buen día.
Un abrazo.
Dos, tres veces he leído tu comentario. Con tus palabras no hay penas que embarguen. Aunque parezca que esta entrada tiene un trasfondo triste, no lo pienses así. Aunque decaiga el ánimo, luego todo pasa, son instantes que se suceden en el tiempo, que se superan o no. Escribo para distraerme, paseo por el mismo motivo, cada uno escoge como disipar sus inquietudes, como alejar sus miedos. El añadir citas a las imágenes es como establecer un encuentro entre dos personas que piensan igual. Sigo siendo una aprendiz, todos ellos forman parte de este hermoso campo de la literatura por el que nunca debemos dejar de transitar. Muchas gracias. Un abrazo.
Eliminar¡Bella entrada!, con tu permiso la comparto por facebook
ResponderEliminarMuchas gracias, el mérito es del hayedo y de los escritores. Voy leyendo el libro en el escaso tiempo libre que me corresponde. Muy interesante y gracias por la dedicatoria. Un saludo.
EliminarLa belleza de la introducción de esta entrada que nos habla de soledades nos hace ya conmovernos, pararnos y reflexionar. La melancolía que inunda este paseo poético y mágico por el Hayedo de Tejera Negra no está exenta de serenidad y calma. Tus excelentes fotografías reflejan la soledad desnuda de parajes visitados por almas que buscan en ella reencuentros y abrazos. Las palabras de estos grandes escritores que nos van acompañando a lo largo del viaje, tales como Unamuno, H.Heine, S. Agustín o Stevenson, nos animan a movernos, a marcharnos de vez en cuando, a buscarnos y a intentar encontrarnos. Sólo en la naturaleza podremos conseguirlo, y es la soledad la que, probablemente sea la herramienta mediante la cual lleguemos a tomar conciencia de nuestras vidas. Tus entradas, una a una, son mucho más que una extraordinaria y original guía de viajes. Son poesía, filosofía y enseñanza, que nos transmites desde una óptica sensible y personal. Pienso que a pesar de la distancia, las almas no se separan nunca, que hay vínculos que superan lo físico, que el amor es el hilo conductor que las une y que siempre habrá reencuentros soñados, donde la melancolía se transforme en cálida alegría. Un fuerte abrazo, y sigue caminando por esas veredas perdidas y bellas que una y otra vez, te transportan, como el viento mueve las nubes, al corazón de tu hijo. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarQuien pasea a solas por un hayedo solo puede padecer de melancolía. Aunque en esta ocasión mi hijo me acompañaba, cada año sin dilaciones visito uno y a solas. Siento que hay paseos que te pertenecen, mientras transitas por ellos, gracias a esa avidez por ampliar conocimientos, pero te aseguro que un hayedo te engulle desde el principio y te conduce por los vericuetos del temor, ese temor necesario que te infunde la naturaleza cuando entiendes que no eres nada mientras estás en sus dominios.
EliminarBellísimas palabras las que te hacen conducir tus pasos por esta entrada. Cada una de ellas tiene un objetivo, nada es fruto del azar, aunque a menudo se deja caer por casualidad. No sé si conseguiré conectar con mi hijo a través de lo que aquí dejo pero sí reconozco que me ayuda a mantener esa esperanza, no de volver a verlo pero sí de que desde el otro lado sepa que mis caminos se los entrego para que tanto a él como a otros les ayuden a no perderse en cada ruta. Aunque en cada una siempre coexisten esos largos instantes de incertidumbre donde hes preciso aparcar nuestro acelerado ritmo, hay otros, los más, que nos agrandan el sentido de la percepción, vamos completando el objetivo y al final, el logro de una ruta acabada nos retorna algo de paz y acierto a nuestro cuaderno de caminos, aquel donde fluyen los hechos y los que quedan por hacer.
Muchas gracias por tu comentario, siempre me sorprenden gratamente tus palabras. Un abrazo.
En el color de la pizarra que aviva aún más al verde de la naturaleza has creado una constelación de palabras de mentes brillantes que delimitan la soledad para después demostrar, a través de la dedicatoria a tu hijo, que la soledad no existe. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Es cierto, ni cuando caminamos a solas conseguimos liberarnos de esa otra parte, sempiterna aliada de luces y sombras, que nos acompaña. Muchas gracias. Un abrazo.
EliminarNada cimenta mas la amistad, que entender la soledad del otro,decia Javier Moro. Pero no hay que olvidar, que la soledad tiene sus ventajas; una de ellas es que puedes encontrarte a tí mismo,por tanto la soledad es relativa.
ResponderEliminarTodo es relativo, cada uno tenemos una percepción particular acerca de algo, salvo que no quieras plantearte el hecho de pensar y acates lo que ves, lo que sientes...como si fuese una orden. Aprendimos a pensar a partir de premisas que se nos daban, nos enseñaron nuestros padres, nuestros maestros, a discutir sobre determinados asuntos esenciales. Aunque eso queda ya lejano en el tiempo, lo que bien se aprende nunca debería olvidarse. Y ahí es donde doy entrada a la soledad, no la señalo como el hecho de estar solo, sino como la perfecta compañía para regresar a esas cuestiones que en el día a día no tienes tiempo de plantearte. Entonces, la soledad tiene varias acepciones, es lógico. Lo que nos hace distintos es que seguimos preguntándonos acerca de determinados conceptos, entre otras cosas. Lo que nos hace humanos es comprender a los demás, no juzgarlos porque no estemos de acuerdo con ellos, preguntarse quien lleva la razón no es el objetivo. Lo más sencillo es pasar por esta vida sin molestar a nadie, rechazar las discusiones absurdas e intentar ser felices, algunos lo intentan en compañía, pero en mi caso recurro a la soledad.
EliminarGracias por su comentario, el día está lluvioso e invita a reflexionar. Un saludo.
Enseñarás a volar,
ResponderEliminarPero no volarán tu vuelo,
Enseñarás a soñar,´
Pero no soñaran tu sueño.
Enseñarás a vivir,
Pero no vivirán tu vida.
Sin embargo,
En cada vuelo,
En cada sueño,
En cada vida;
perdurará siempre,
la huella del camino enseñado.
Madre T.de Calcuta.
Le agradezco mucho este bellísimo texto de la Madre Teresa y con su permiso lo añadiré a esta entrada como una excusa más para hallar en la poesía una mirada hacia la cruda realidad. Muchas gracias. Un saludo.
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