viernes, 24 de junio de 2016

UNA JORNADA TORMENTOSA POR TIERRAS DE GUADALAJARA.

Las tormentas entran a formar parte de mi existencia justo en el preciso momento en el que un día de invierno, tras una pertinaz sequía, venía al mundo ahogando ese primer llanto que ofrecemos a la vida por el sonido ensordecedor de truenos en el atardecer. Vine con la lluvia debajo del brazo.
Las tormentas me atraen, siento cuando se acercan esa misma desazón que me queda cuando pierdo algo que me importa. Están hechas de nuestros miedos más arraigados, de nuestra idea de pérdida irreparable, de retazos de niñez acurrucados bajo la falda de la madre, de velas encendidas acompañadas por historias mágicas, de pesadillas irreales, de manos apretadas y de olor a lluvia tras su paso agitado. Ese olor de tierra mojada, de frescor en las cálidas tardes veraniegas, de arco iris abarcando el cielo más hermoso.
De tormentas interiores, emocionales, rebosa nuestra vida, de amargos desacuerdos, de sueños inalcanzables. Pero estas tormentas también acaban y terminan mostrando su cara más amable. El miedo va de la mano con el sufrimiento, como las tormentas con la lluvia, nuestras lágrimas mojan la tierra para luego cuando terminan por secarse, dejar una sonrisa de alivio.
Hago un alto en este camino de caminos para mostrar aquellas imágenes que más me impactaron tras un viaje a Guadalajara, un viaje emotivo, de reencuentro con lugares conocidos y otros que habían quedado pendientes.
No era posible hacer una entrada de alguno de ellos porque de repente caía la lluvia y era necesario salvaguardar la cámara. Aún así pude disfrutar con mayor intensidad del paisaje, bajo esa lluvia que a veces a modo de ráfagas intentaba descarnar la tierra. Vi llover como no recordaba antes y recobré la emoción de volver a ser feliz con este regalo de la naturaleza.



Un primer reencuentro con el monasterio de Bonaval en Retiendas. Un inicio gris en contraste con el camino adornado por exuberante vegetación.



Bonaval se hunde pero su reloj de sol permanece.



Un precioso bosque de robles, olmos..envuelven el monasterio cisterciense.



Desde Tamajón se accede a una senda que transcurre entre enormes jaras y cantueso, mescolanza de intensos olores, imposibles de reflejar con una fotografía.



Sacedoncillo de hermosas ruinas y su sencilla iglesia románica.



Dentro de los pueblos de arquitectura negra me quedé prendada por El Espinar.



Y de su calle de Las Eras.



Siento debilidad por las fuentes. No hay mejor lugar para sentarse a comer en buena compañía.





En Majaelrayo buscando la subida al Ocejón.



Hay que llegar a Valverde de los Arroyos, bellísimo pueblo, por una tortuosa carretera rodeada por un magnífico robledal.



Los racimos de la glicinia o wisteria cuelgan como uvas de septiembre.



El castillo de Galve de Sorbe, soberbio por fuera, un despropósito por dentro.



Un pueblo tranquilo que adormece bajo la silueta de su castillo.



Villacadima va despertando del letargo de hace unos años, ya no está deshabitado.



Su bella iglesia de San Pedro, románica en su origen, cuenta con 5 relojes de sol.



El arco iris, diadema de luces que adorna la tierra empapada.



Entro en Cantalojas para perderme por sus calles recién lavadas.




Desde la ventana del hostal me dejo enamorar por el paisaje, intento llenarme de matices y de olor a tierra mojada.



Bien temprano, voy al encuentro con el hayedo de Tejera Negra. 



El río Lillas en la inmensidad de un paisaje abrumador, acompaña al solitario caminante.



En la pradera de Matarredonda se confunden los espacios. Creo que estoy en el norte.




Los hayedos son bellos siempre, para qué intentar verlo en otoño si en primavera está magnífico.



De vuelta a Cantalojas, admiro la cantidad de bancos que hay junto a las puertas. Qué bello ejercicio el de pasar la tarde conversando con los vecinos.



Me acerco a Atienza, engalanada de flores celebra el Corpus.



La torre de Santa María del Rey, compite con la del castillo.



Una bendita equivocación me lleva a pasear por las calles de Santamera.



Me acerco a su iglesia de la Magdalena encaramada sobre la roca.



El tiempo apremia y me quedo mirando hacia el desfiladero del Río Salado, me embarga la tristeza por no poder visitarlo.



Las salinas de Imón,  juego de nubes y sal, de pérdidas de prósperos tiempos pasados.



La fuente de Bujalcayado, centro de un mundo sin complicaciones. Lugar ideal para reunirse a descansar.



Paseando por la calle del Chorrillo adornada por múltiples amapolas.



Para subir al castillo de Riba de Santiuste es necesario atravesar un antiguo puente de piedra de arenisca rosácea.



Una vez arriba se abarca una bella panorámica adornada con espinos en flor.



Pueblo y castillo, diferencias de altura pero una misma identidad.



En la carretera me desvío para admirar las ruinas de la ermita de la Virgen de la Zarza.



Las nubes me hacen discrepar si es más hermosa la tierra o el cielo.



La sencillez de una lata en una fuente, en un lugar apartado. 



El espectáculo de la lluvia está servido. Redoblan como tambores los truenos. La luz intenta acaparar toda la atención.



Regresando a Cantalojas creo ver como las nubes soplan agua para aligerarse de peso.



Entrando en Albendiego, me sorprende de nuevo el arco que deja la sonrisa amable de la tormenta.




Camino por el bello sendero que conduce a la ermita, un crucero detiene mis pasos para dejarme llevar por la búsqueda de sus símbolos medio ocultos.




Santa Coloma y sus celosías mozárabes, lugar mágico donde perderse a contemplar el arte.



Cerca de la laguna de Somolinos, la sierra de Pela te hace sentir pequeño.



Desde los portales de la iglesia de San Bartolomé en Campisábalos intento guarecerme de la lluvia.



Cae la lluvia incesantemente pero eso no impide que pueda admirar el friso escultórico de la capilla de San Galindo con un hermoso calendario agrícola, para Mayo la escena elegida es la de  un jinete  que alimenta a su caballo. 


Y mientras tanto las tormentas siguen su camino.


                                   Mayo 2016.





16 comentarios:

  1. Con esta entrada he realizado una bonita visita cibernética a esos lugares y te envidio por las fotos indómitas que no pudiste hacer.

    Un abrazo.

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  2. Me alegra saber que has podido viajar con esta entrada. Guadalajara rebosa en arte, en naturaleza..Para mi ha sido una grata sorpresa ver como te da mucho más de lo que esperas, te muestra mucho más de lo que sabes y te maravilla más allá de lo que puedas imaginar.Aquellas fotos que no pude hacer quedan guardadas en la memoria, solo he de cerrar los ojos y dejarme llevar por esa jornada tan particular. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  3. He intentado, bien Dios lo sabe, hacer un comentario a las entradas de tu blog, pero por desgracia soy incapaz; leo lo que te dicen las personas que lo han hecho, y compruebo que encuentran palabras para hacerlo, pero yo no las tengo. Cuando era un zagal, leí un libro que transcurría una tarde de verano en un patio de un convento, el escritor, describía el atardecer y lo que le rodeaba de una manera que me emocione, y fíjate los años que han pasado, que aún lo recuerdo, y eso es lo que siento cuando leo los textos que haces en tus entradas. Gracias por ser capaz de llevarnos por esos lugares tan solitarios y hermosos. Un saludo.

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  4. Disculpa que no comprenda el porqué no tienes palabras para expresarte, cuando lo que leo me parece de una delicadeza exquisita. Cada cual tiene su manera de expresarse, no hay medidas en los comentarios, hay agradecimiento, sensibilidad, ternura, comprensión, amistad...Hay buenas intenciones. Solo con saber que has entrado en esta página y lo que has leído te ha emocionado, solo con eso me haces sentir que ha merecido la pena iniciar este camino de palabras e imágenes que intentan mostrarte a ti y a quien quiera asomarse a este blog, lo que he visto y quiero compartir con todos vosotros.Muchas gracias por tus hermosas palabras. Un saludo.

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  5. Preciosas fotografías que nos hacen vivir a finales de junio, la sensación de que en algún rincón de Guadalajara, todavía el campo está húmedo y verde, y el frescor que trae la lluvia, parece acariciarnos la cara, dejando en nosotros la paz de quien viaja en pos de encontrarse un poco más a sí mismo. Con una sensibilidad extrema, Rosa nos traslada a través de sus textos y fotografías, toda la serenidad y la belleza de los días vividos en estos recónditos lugares, lugares que nos hablan de vida y misterio, de antiguas leyendas, de historia y de naturaleza. Las fotografías, captan de manera impecable la calma de un día desapacible y no por ello, menos hermoso. Y los textos, ayudan de manera extraordinaria a situarnos dentro de la esfera del paisaje, como si de algún modo, hubiéramos acompañado a Rosa en su aventura. Hoy quiero decir que ha sido un día de reencuentros, un día de junio, bello y caluroso, donde después de algunos años, nos hemos vuelto a reunir casi por sorpresa, y a descubrir, que el tiempo no puede acabar con una amistad, y que, cuando menos te lo esperas, resurge con la fuerza y los colores del arco iris. Un arco iris que Rosa, ha logrado encerrar en el mágico objetivo de su cámara.

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  6. Cuando menos te lo esperas puede ocurrir algo tan sencillo como volverse a ver y comprobar que seguimos siendo los mismos, aquellos que compartíamos la afición por el cine y la pintura. Aquellos que viviendo en un pueblo pequeño, no anhelábamos lo que la ciudad pudiera ofrecernos. Apreciábamos las pequeñas cosas que te da la vida, compartíamos amigos, largas tertulias sentados en la puerta de casa. Hemos crecido interiormente, por fuera seguimos siendo los mismos jóvenes con ilusiones.
    Te dije un día que no dejaras de escribir ni de pintar, me alegro que hayas vuelto.
    Sigues siendo grande, muy grande. Gracias amigo mío.

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    1. Gracias a ti, Rosa, por compartir tu talento literario y artístico en este maravilloso blog.

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    2. Ahora te toca a ti hacerte un blog, somos muchos los que esperamos volver a ver tus pinturas y que mejor manera que exponiéndolas en este "museo" tan particular. Un abrazo.

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  7. Es impresionante como a través de tus palabras es posible viajar a estos lugares sin siquiera moverse de delante de la pantalla. Increible. Sigue así, sigue siendo la guía de aquellos que no podemos disfrutar de lugares tan hermosos en directo. Un saludo, y mucho ási.

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    1. Siempre digo que no hay nada imposible, que decidirse un buen día a hacer un viaje es algo que puede estar al alcance de cualquiera, que no es necesario ir demasiado lejos. A veces lo más hermoso lo tenemos más cerca de lo que pensamos. Gracias por tu comentario y anímate. Un saludo.

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  8. Faustino Calderón29 de junio de 2016, 17:21

    Nubes, cielos tormentosos, relámpagos, truenos, lluvia, niebla, arco iris... Borra estos fenómenos meteorológicos de las fotografías y ponles un sol radiante a todas.
    ¿Habrías tenido el mismo recuerdo de esta excursión? Seguro que no.
    La gente se empeña en decir buen o mal tiempo según haga sol o no. El buen tiempo para los amantes de la naturaleza, de los senderos, de las ruinas es este que tan espléndidamente muestras en tus fotografías.
    Yo deseando de tener estas maravillas de cielo que tu has tenido y en mi última excursión me encontré con un sol radiante.

    "El arco iris, diadema de luces que adorna la tierra empapada"
    "Entro en Cantalojas para perderme en sus calles recién lavadas"
    "Las nubes me hacen discrepar si es más hermosa la tierra o el cielo"
    ¡CUANTA SENSIBILIDAD! Fascinante. Son estas ocasiones en que lo escrito tiene más fuerza que lo que se ve. Solo con leer estos hermosisimos pies de foto no nos haría falta ver fotografías para transportarnos con tu lectura por un viaje mágico por la serranía de Guadalajara.
    No puedo dejar de alabar tampoco la introducción al reportaje. ¡Portentosa! en vez de tormentosa haciendo un juego de palabras.
    Rosa, espero con impaciencia cada nueva entrada porque estoy enganchado a este texto melancólico, triste, intimista, tierno, sosegado que muestras en cada reportaje y si encima lo acompañas de una cuidada selección fotográfica pues que más se puede pedir.
    Hay una canción que oigo a menudo llamada "Europe after the rain" que me transporta inevitablemente a estos reportajes tuyos. Un vídeo de esta melodía con fotografías tuyas sería la fusión perfecta.
    El alto en el camino de tus caminos que has hecho esta bien disculpado si nos regalas joyas como esta.

    Un cordial saludo.

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    1. Siempre me han fascinado las tormentas desde pequeña. Al principio con el miedo en el cuerpo, observándolas tras un ventana. Ese respeto que te aconsejan nuestros mayores para con ellas, queda en vacío cuando una tormenta te sorprende en tu camino de vuelta, es ahí cuando te das cuenta de lo pequeño que eres, es ahí cuando tienes que intentar quebrar ese temor y hacerte su amiga.
      La última que tuve la suerte de presenciar, me acompañó durante unas 3 horas por un bellísimo bosque de castaños en Asturias. Hubo trayectos sin arbolado, ascendiendo por un monte, en ningún momento intenté buscar cobijo. De ahí surgió ese mutuo respeto entre ambas, sola y sin miedo se afrontan mejor los momentos difíciles. Ahí es donde el sentimiento de insignificancia sale despedido de nuestras vidas, afianzado por la compañía de una jornada tormentosa.
      Siempre que me dejas uno de tus comentarios me cuesta ponerme a tu altura, magnificas lo que para mi es pequeño, alabas lo que para mi es sencillo, encuentras flores donde yo solo veo hojas.
      Es un camino difícil este asunto de llevar un blog, pero muy llevadero gracias a tu apoyo y al resto de mis amigos. Gracias por tu magnífico comentario. Un abrazo.

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  9. Por si fuera interesante para usted, sus compañeros de rutas o los lectores de su estupenda web, tengo publicado plantararboles.blogspot.com y yofrenoelcambioclimatico.blogspot.com (MENOS es MEJOR)
    El primero es un manual sencillo para reforestar, casi sobre la marcha, sembrando las semillas que producen los árboles autóctonos de nuestra región.
    Salud, José Luis Sáez Sáez

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    1. Conozco su web y me parece muy interesante e instructiva, para los que somos amantes de la naturaleza, para los que dudamos sobre qué árbol tenemos delante o simplemente para aprender a plantar semillas e intentar cambiar parajes desolados por bosques maravillosos, su página es decisiva. Le admiro por su gran trabajo. Gracias por su comentario. Un saludo.

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  10. El hombre sin nombre1 de julio de 2016, 9:45

    ¿Quien escribe con tanta delicadeza y sensibilidad?
    ¡¡QUE MARAVILLA!!

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    1. No creo que escriba de ninguna manera especial, solo intento acompañar con palabras las imágenes que veo.
      La sensibilidad la lleva el que lee el reportaje y no solo se detiene a ver las fotografías. Simplemente soy una caminante que se siente a gusto en la soledad de una jornada que siempre es especial y única cuando se inicia con mucha ilusión. Aunque ese mismo camino lo hayas hecho en distintas ocasiones, siempre terminas trayéndote algo nuevo. Muchas gracias por su comentario. Un saludo.

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