sábado, 22 de abril de 2017

UN VIAJE DE LIBRO. DESDE ALMEDINA A TORRES. MONTIEL. CIUDAD REAL.

Me dicen que hoy Cervantes anda buscando nuevas localizaciones para las aventuras de su D. Quijote de la Mancha y que deambula perdido entre caminos empedrados con las páginas de su extensa obra. Que cada año cuando se celebra la onomástica del libro, él vuelve a despertar de su letargo en las bibliotecas donde ocupa un lugar preferente.
Hoy se siente nostálgico porque sabe que los que lo leímos,  hoy lo recordamos con esa reafirmación de que lo que bien se escribe, bien se lee.
Hoy las escaleras por las que de peldaño en peldaño fuimos subiendo en sabiduría se nos hacen ser aspas de molinos que intentan enloquecer a D. Quijote.
Comenzamos siendo parte esencial de un libro, el de familia. Nos dotan del saber universal con los libros de la escuela, nuestra andadura con los años es un aprendizaje por el libro de la vida.  Pero hay una elección y ésa es, como todas,  libre. La de esos libros que nos acompañarán en cada viaje, los que cuando hacemos la maleta se vienen con nosotros, apretaditos entre las camisas y con un espacio libre para los que se vendrán en nuestro retorno.  Esos que siempre irán a nuestro lado por muy remota que sea la isla, y si perdemos lo poco que nos queda, se los dejaremos prestados a un amigo para cuando salgamos del apuro pedírselos de nuevo.
Irán ocupando su puesto en nuestra biblioteca particular, la de los estantes donde conviven los libros con los recuerdos, nos vamos despojando de éstos últimos para que los otros brillen con su lomo escrito  ante nuestros ojos. Junto a la enciclopedia, pagada a plazos, que nos ayudó a más de uno a sacar una carrera cohabitan aquellos que se han ido trasladando de la tienda a nuestro hogar, en forma de regalo o como sabia adquisición.
Libros que al principio de nuestra existencia se llaman cuentos; que en nuestro aprendizaje, escolares; que en nuestro tiempo libre son afición.
Cuando quería reir iba en busca de la hilarante obra de Eduardo Mendoza, para pasar miedo recurría a Lovecraft, Poe, Sheridan Le Fanu, Bécquer. Si necesitaba poemas me los entregaba Miguel Hernandez. Para viajar me embarcaba siempre con Julio Verne. Pasaba largas horas de intriga junto a Conan Doyle y su gran creación, Sherlock Holmes. Me dejaba subyugar por los cuentos arrebatadores  de Borges, donde la lectura de su autor se multiplicaba como el intrincado juego de un laberinto.
Lloré con Ana Frank, con Victor Hugo y "Los miserables". Las biografías me ayudaron a entender la historia, Garcia Atienza me abrió la puerta a la magia que esconde cada rincón de nuestra bella España.
Libros de autoayuda que intentaron desvanecer los conflictos, libros que me hicieron creer en el amor como "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen.
Los libros son nuestros caminos, en esas horas incontables que pasamos con ellos, dejamos de lado nuestra triste existencia y nos revalorizan elevándonos a honores que jamás tendremos, a los que nunca podremos aspirar pero es que en ellos todos estamos cortados con el mismo patrón. El autor nos despliega sus armas, sus dobleces, sus sentimientos. Gracias a él, somos reyes, pescadores, pastores, somos sueños que ellos sueñan, somos la tierra que sigue dando vueltas, somos luces que nunca se apagan, somos únicos y somos iguales, somos los protagonistas.
Siempre han sido la compañía de mi insomnio. Sus portadas, la mejor exposición que conozco; su contenido, el aliento que nos mueve a querer ser lo que nunca fuimos.
Hoy en el "Día del libro" D. Quijote va en busca de Cervantes, se intercambian los papeles como nos ocurre al lector.  Desde el bonito pueblo de Almedina iniciará un largo camino que durante tres horas le llevará por "El Toconar" y su encina centenaria en busca del despoblado de Torres (dentro de una finca privada),  lugar con historia que contó con iglesia románica, torre fortaleza y fue retiro de caballeros de la Orden de Santiago. Pero lo que más le llamará la atención a nuestro D. Quijote será  la abundancia de agua, así como la vegetación integrada por chopos, olmos, zarzas, saúcos, higueras, nogueras,almendros...sus extensas huertas delimitadas por muros, la belleza de su alberca y el hecho de  que el paraje sea un remanso de paz. Descansará una vez más cuando completadas las horas que darán paso a un nuevo día volverá a integrarse a ese libro universal del que escapa cuando quiere buscar su lugar en La Mancha.




"Por la manchega llanura



se vuelve a ver la figura


de Don Quijote pasar,


Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,



y va ocioso el caballero sin peto y sin espaldar,


 va cargado de amargura,


que allá encontró sepultura


su amoroso batallar.


Va cargado de amargura,


que allá "quedó su ventura"



en la playa de Barcino, frente al mar.



Por la manchega llanura



se vuelve a ver la figura



de Don Quijote pasar.



Va cargado de amargura,


va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.


¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura



en horas de desaliento así te miro pasar!


¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura



y llévame a tu lugar;



hazme un sitio en tu montura,



caballero derrotado,


hazme un sitio en tu montura,


que yo también voy cargado


de amargura


y no puedo batallar!.



Ponme a la grupa contigo,



caballero del honor,



ponme a la grupa contigo



y llévame a ser contigo



pastor.



Por la manchega llanura


se vuelve a ver la figura



de Don Quijote pasar..."


"Vencidos" de León Felipe.


22 de abril del 2017.





Esta entrada acabé de escribirla precisamente hoy 23 de Abril, "Día del libro".
Es mi dedicatoria particular para todos aquellos que escriben, para todos aquellos que leen.
En especial para José Mª Lozano, elaborador de textos de una calidad exquisita.
Y para Lourdes y Mª Carmen, amigas bibliotecarias que hacen de su oficio una entrega diaria.


10 comentarios:

  1. Rosa, cada vez que te leo y veo tus fotos, me quedo más impresionado de tus valores​ artísticos, sigue así para deleitarnos​ a los que te seguimos, un abrazo

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    1. Antonio tú si que tienes arte, en todos los sentidos,eres "apañao", simpático, buena gente y encima escribes esos poemas, que lo mismo se los dedicas a las fiestas de tu pueblo, que a un gañán, que al vino...no hay nada de lo que no puedas extraer una buena poesía. Continúa con tu camino, sobrepasando esos altibajos que tienes por delante como si de una carrera de obstáculos se tratase, llegarás al final pero sin prisas. Esa meta que es el reconocimiento que te mereces. Un abrazo, amigo.

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  2. En el día del libro, nadie mejor que tú para hacer un fantástico alegato a favor de la lectura. No sólo lees los libros, los estudias, los mimas. Son tan indispensables en tu vida como tus viajes a los paraísos perdidos. Gracias a ti, conocí a Lovecraft, y me volví adicto a sus cuentos y a los cuentos de fantasmas en general. Acompañando a las hermosas fotografías manchegas, un poema de León Felipe, cuyos versos se confunden con ellas, consiguiendo una fabulosa mezcla de sensaciones que te hacen desear convertirte en el personaje de Cervantes y recorrer deshaciendo entuertos, esas llanuras manchegas por las que transitó. Sólo se me ocurre una palabra para tus reportajes: belleza.

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    1. Qué buenos recuerdos. Fíjate que cuando acabé de leerme toda la obra de Lovecraft, pasé por la de Poe, M.R. James, mi adorado Doyle...,hice un descubrimiento fabuloso, la de E. F. Benson, que en la editorial "El club Diógenes" puedes encontrar, ¿podrás creerte que nunca se ha hecho una adaptación al cine de alguno de sus cuentos? Así que si puedes retoma la lectura de estos cuentos de terror góticos, muchos de ellos fuente de inspiración de grandes películas, no te defraudarán. Un apunte más, "La pata de mono y otros cuentos macabros" de W.W. Jacobs, genial.
      León Felipe, gran viajero y enorme poeta, creo que era la mejor elección para acompañar las fotografías de Torres de Montiel, uno de los lugares por los que se cree que pasó Cervantes, otro gran aventurero como su Quijote. Como lo que una hace pero en pequeña escala, pasear por estos caminos que antes otros recorrieron para que no se pierda la pasión de caminar y por supuesto la de leer. De ahí mi sencillo homenaje del domingo. Gracias, amigo.

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  3. Amiga Rosa, también a mí me encanta la naturaleza y la lectura. Sólo tengo pasión por una cosa material, que son los libros. Por esa razón, a menudo me gusta tomar uno del estante, manosearlo de nuevo, echarle una ojeada, contemplar nuestros subrayados y comprobar, como un consuelo, que no estamos tan solos como pensamos. No te mueres tanto si sabes leer. El 23 de abril, no hago como Maquiavelo que se vestía de etiqueta para leer los libros de la antigüedad, pero sí que me suelo poner la mejor ropa que tengo en homenaje a los dos escritores más importantes de todos los tiempos.
    Y a propósito de tu bellísimo texto y fotografías que lo acompañan, copio y pego unas líneas de algo que escribí hace unos meses: “Hoy más que nunca nos hace falta Don Quijote. En esta sociedad materializada e insolidaria, la figura del hidalgo manchego nos devuelve romántica y heroica, la voz de la gesta, de la épica común al servicio de unos ideales que nos hermanen y unan. En estos momentos de inacabables guerras y catástrofes naturales, en estos momentos de desaliento y amargura, tengamos presentes los versos de León Felipe, de ese gran poeta que se echó el mundo al hombro como un nuevo Don Quijote, sintiendo sobre él todo el peso grandioso de la herencia cervantina: Por la manchega llanura/ se vuelve a ver la figura/ de don Quijote pasar,/ va cargado de amargura,/ va, vencido, el caballero de retorno a su lugar./ Cuantas veces, don Quijote, por…
    Don Alonso Quijano, Don Quijote de la Mancha, el Caballero de la Triste Figura, como él mismo se nominó, el desfacedor de entuertos, que dedicó su vida a la búsqueda de ocasiones que permitiesen ayudar al prójimo, sigue vivo en su inexistencia. Y así lleva siglos. Y así seguirá, en tanto en cuanto los que quedamos, nosotros los cobardes, sigamos necesitando un ser que no le tema a las aspas de un molino, o crea en el Amor como lo que da sentido a la vida y al mundo…”

    Emocionado y agradecido por tu dedicatoria, recibe un gran abrazo,

    José María Lozano.

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    1. Bellísimo texto el que incluyes en este comentario que tengo el honor de recibir de un gran maestro de las letras. Me siento afortunada por acoger elogios de quien admiro. Desconocía lo que escribiste acerca de esta gran obra de Cervantes y de León Felipe. Leí de niña el Quijote, no me amedrentó su copioso volumen. Cuánto de lo que ahí se escribe continúa siendo actual ahora mismo. Esos ideales no se han perdido aún, permanecen en la gente que sigue creyendo que en los libros está toda la sabiduría del mundo, todo el amor que se pueda entregar, el acceso a esa puerta abierta a los buenos sentimientos, a buscar una esperanza que no debemos permitir que se desvanezca...Continuemos leyendo pués, no dejemos de hacerlo. Y seamos cada uno de nosotros un poco "quijote", dará sentido a nuestra vida, aliento a la fatiga en nuestro camino.
      Yo también adoro los libros. Hace tiempo que dejé de comprarlos porque prefiero dar una vuelta por la biblioteca y detenerme ante todos, para deleitarme en la búsqueda de alguno que me llame la atención. Así me leí todos los de Eduardo Mendoza, maravillosos. Pero cuando viajo acabo siempre en tiendas de segunda mano porque adoro aquellos libros que llevan marcas indelebles, que aún guardan anotaciones, algunos hasta recortes, hojas de cuaderno escritas...Sé que muchos de éstos fueron dejados con pesar por sus dueños, otros fueron vendidos porque no había lugar para ellos. Todos estos son los que más me seducen, parece que quieran hablarte de quien antes de ti los tuvo entre sus manos.
      Soy yo quien debe darte las gracias por tu dedicatoria. Un libro y un amigo dan sentido a nuestra existencia.

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  4. Es increíble como te superas en cada reportaje. Se nota tu amor a los libros y felicidades porque, aunque no lo creas, eres un libro abierto.
    Fue un placer descubrir Torres junto a ti. Un fuerte abrazo.

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    1. Siempre me pregunto lo mismo, ¿por qué los poetas expresáis tanto en tan pocas líneas?
      Torres sigue siendo una sorpresa cada vez que voy. Desde mayo del año pasado no había vuelto a ir, pero el sábado al pasar por Almedina tuve que parar, no me encontraba bien. Y decidí que necesitaba caminar, solo en una ocasión había hecho este recorrido en un todoterreno, mal pués hay tramos difíciles de pasar. Además hay varios cruces de caminos que pueden confundirte, sin embargo fui directa hasta Torres y por un camino distinto. Con lo torpe que soy y llegué, aún no me lo creo, sin mapas y sin GPS. Pero ahí estaba Torres, tan bello como siempre, con esa fuente, La Tahina y ese paso a las ruinas entre nogueras, ese delicado tramo es único, siempre en sombra.
      No parece un lugar en La Mancha parece más una extensa y verde mancha fuera de lugar.
      Cuando quieras volvemos. Un abrazo.

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  5. Rosa es precioso, muchas gracias por la parte que me toca.

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    1. Gracias a ti, por tu amabilidad y consejos con los libros que tanto adoras. Un abrazo.

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