domingo, 17 de mayo de 2020

UNA SENDA DE UN KILÓMETRO. EN EL CAÑÓN DEL RÍO LOBOS. SORIA.



He ido dejando de lado el blog por motivos de trabajo y hoy, que me apetecía volver a escribir me he encontrado con varias entradas que había dejado inacabadas quizás porque me parecían insalvables.
Es el caso de esta, sobre la ermita de San Bartolomé, para mí, palabras mayores. Si bien la comencé para coincidirla con aquella, no es tan lejana, indicación de "hagamos un paseo de un kilómetro", justo es así. Ahora creo que es el momento de darle salida, aunque sea en su inicio incompleta, aunque tarde en acabarla, porque en este caso he de tomarme mi tiempo, puesto que a la vez que escribo es porque estoy aprendiendo.
Este primero discurre desde el aparcamiento hasta el interior de la ermita y disculpen que deje a medias lo escrito, como hilvanando el texto, pero entiendo que si no lo hago así nunca podré terminarla. Tómense su tiempo, gracias. 
Y no la lean hasta pasada una semana o quizás, quién sabe, más.
Decididamente será más. Tendría que redescribirlo todo porque ahí está la clave de San Bartolo, como tradicionalmente se le cita, porque tal como lo veo ahora, tras leer varios artículos y un par de libros, volvemos al románico y ahí nunca estará todo dicho. 



Para acceder a este impresionante cañón y a su recóndito tesoro, la ermita de San Bartolomé, elegiré el aparcamiento de Valdecea, justo a un kilómetro de mi objetivo.




Al llegar aquí de lo primero que te das cuenta es de que no es suficiente un día. Rutas hay unas cuantas y los alrededores también merecen una visita.



Es tierra de anacoretas, de buitres, de cielos limpios y naturaleza espectacular.



La primera vez que estuve aquí, con mi familia, no pude acceder a la ermita. 
Estamos en agosto y la sucesión y coincidencia con personas es a veces intensa. Pero piensa, lector, que no hay que desaprovechar los instantes en los que las imágenes adquieren la tonalidad de la soledad, iré buscándola durante todo el recorrido.
"...Unos dos kilómetros valle adentro, el lecho del río se ensancha y, al fondo, distinguiremos una ermita de tipo cisterciense. La construyeron los caballeros templarios, que tuvieron precisamente aquí uno de los enclaves más importantes de la Península. Y al decir importante no me refiero precisamente a su importancia política o estratégica, sino al profundo significado que el lugar tiene dentro del elemento mistérico propio de la orden del Temple...



...planteo la sospecha-muy fundada- de que los caballeros templarios conocían a la perfección el lugar en el que construían su capilla, como probablemente lo conocieron también los sacerdotes de religiones muy anteriores y la enorme cueva que hay a sus espaldas. Porque este preciso lugar de Ucero en el río Lobos forma con la cumbre del San Lorenzo un eje vertical equidistante de los dos extremos clásicos peninsulares, los cabos de Creus y Finisterre..."
Confieso que fue Juan García Atienza, como en tantos otros lugares, el que motivó este viaje.
En su libro "La España mágica" cita como acabáis de leer a San Bartolomé.




¿Qué buscamos en San Bartolomé?
A partir de aquí extraigo datos, entre otros, del libro de Ángel Almazán: 
"Guía templaria soriana y el enigma del río Lobos"
La ermita sería lo que queda de un antiguo cenobio templario. Que fue restaurada en 1878 y a finales del XIX se cambió el suelo, se cerró una ventana y una puerta y se construyó la sacristía.




Leo que antes se llamaba San Juan de Otero.



Signos lapidarios, las marcas de cantero.






El lenguaje de los capiteles.






Se han recogido más de 30 marcas de cantero distintas.























Un alquerque.
Los maestros y los aprendices lo tendrían como juego en la misma cantera, luego la piedra sería reutilizada, iría a ocupar su lugar al muro de la iglesia que construían.
Es una idea propia, una conjetura.



Son dos los óculos que tiene la ermita:"...de lacería calada de perfil circular lobulado. En su centro se encuentra inscrita una estrella de cinco puntas, cuyos lados se entrecruzan formando un pentágono en el centro.
El simbolismo del número cinco es el que explicaría estos óculos. El cinco, entre otras cosas, simboliza al ser humano dado que poseemos cinco sentidos y cinco dedos en cada extremidad. además simboliza la quintaesencia que buscaban los alquimistas, esoteristas y templarios..."






En el altar barroco se encuentra la talla de la Virgen de la Salud.
Hasta 1870 miles de visitantes de los pueblos del valle de Ucero y de la comarca de San Leonardo de Yagüe, se reunían aquí, un 24 de agosto, para rendir culto a esta virgen.



En la misma capilla podemos observar donde se encontraban los sepulcros de caballeros templarios.





Dentro de los misterios de este templo, vemos a la entrada de la capilla de la virgen esta piedra que algunos pisan descalzos, quizás para recibir las influencias telúricas que emanan del templo.



Volvamos al óculo, pero volvamos cuando sea el solsticio de verano, el día de San Juan; posteriormente, justo un mes después, el día de Santiago y pasado otro mes, el día de San Bartolomé. Me reafirmo en que estas tierras no son para verlas en una mañana.






"Por la manera, por el modo ornamental y constructivo, filio la iglesia en el período románico terciario, en su transición al ojival, participando de este acento la portada y el techado del ábside en bóveda de abanico y con marcadas influencias aquitanas, como lo demuestran las marcas lapidarias, que con profusión se hallan en los paramentos interior y exterior del templo"
Teodoro Ramírez.






El autor nos indica que esta imagen es la de Santiago.


























"En 1906 se publicó el primer artículo monográfico que conocemos sobre la ermita de San Bartolomé de Ucero. Se titulaba "San Juan de Otero. Iglesia de los templarios", y su autor era Teodoro Ramírez. En este trabajo incluyó dibujos de una treintena de sus signos lapidarios"
Ángel Almazán.













Son 112 los canecillos que rodean la ermita.
En ese "todo" que constituye un templo románico, siempre he pensado que los canecillos son los únicos que pueden, debidamente descifrados, revelarnos el mensaje del Maestro.
Son 6 los superiores, este número "nos lleva a la conjunción de los opuestos que ya anuncia la dualidad.
Vemos en la portada al dios Pan con su flauta y a su lado una grotesca cara dionisíaca que saca la lengua y que parece burlarse de quién sabe qué o de quiénes..."
Son 10 los inferiores. 

















































































































"San Bartolo tuvo que ser un lugar secreto, dispuesto para alguna ceremonia iniciática o mágica de los heterodoxos mílites del Temple. Es muy significativa la elección de este lugar, cercano a una falla geológica (la de San Leonardo), junto a una cueva que claramente tuvo una utilización religiosa en el más remoto pasado y en un paisaje que por su misma esencia invita al recogimiento y la abstracción mental"
Antonio Ruiz Vega.



















































"El día 24 de agosto tiene lugar en el cañón del Lobos una curiosa ceremonia. De todos los pueblos de la mancomunidad (pues el valle pertenece a los pueblos limítrofes que lo adquirieron) llegan peregrinos a pasar el día. En las praderas y por la explanada frente a la ermita se montan puestos de chucherías y juguetes, cerámicas, etc. Hay un ambiente de gran animación. Se saca a la Virgen y se la pasea por la breve pradera, bajo la formación rocosa llamada Ventana del Diablo. A cada pocos pasos se vuelven a subastar las andas, así hasta que se da la vuelta completa y se regresa a la ermita, a guardar la Virgen. La imagen no es antigua ni de gran interés. Lo verdaderamente imporante  viene después, tras la comida que se celebra comunalmente bajo los inmensos árboles de la pradera (bueno, cuando todavía estaban vivos...) Se habla de bodas y dotes para el año entrante. Suponemos que con la libertad sexual creciente estas deliberaciones tendrán un carácter confirmatorio más que decisorio, pero en el pasado sin duda los padres decidián por su cuenta el destino de los hijos atendiendo, quizás, a razones más prosaicas que la mutua atracción.
La motivación de esta ceremonia tiene, por lo tanto, un carácter atemporal y quizá se reunían ya en la Cueva de los Grajos los anónimos autores de los grabados que aparecen en sus paredes..."
Antonio Ruiz Vega.








Imprescindibles:
-"Guía de la España mágica" de Juan García Atienza.
-"Ermita de San Bartolomé de Ucero. Templarios en el Cañón" de Ángel Almazán.
-"Guía templaria soriana y el enigma del río Lobos" de Ángel Almazán.
-"El enclave templario de Ucero" de Antonio Ruiz Vega.


4 comentarios:

  1. Me hubiera gustado comentarte terminada está entrada, pero tampoco quiero dejar de comentarte porque así te veo más animada, tú sigues con tu Soria querida que tanto te gusta, se nota que ha dado para bastante a estas entradas, y lo que te queda, también te quería decir que yo no sé de dónde sacas el tiempo como tú bien dices, ahora con el trabajo estás siempre más ocupada, tienes mucho merito para tener qué compaginar todo,muchas gracias por esta parte de entrada por cierto muy bonita, seguimos esperando tú segunda parte, pero tranquila sin agobiarte un abrazo.

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    1. Gracias Paqui. Acabo de terminar de poner las fotografías y ahora queda ir escribiendo bajo cada una de ellas. No sé, ni tan siquiera imagino cuando podré acabarla, pero no hay prisa. Me planteo esta entrada como la última por ahora, no tengo tiempo, pero sí muchas ganas de volver a viajar y seguir escribiendo. Todo llegará. Un abrazo.

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  2. ¡¡¡Magnífica entrada y una lección en piedra más que cautivadora!!! En cuanto a los alquerques, crean que encierran mucho más de lo que podemos apreciar.

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    1. Magnífica es la ermita, el resto, el texto que dejo sin concluir, algún día, impreciso, podré sentarme tranquilamente a releerlo pues San Bartolomé es mucho más de lo que vemos, muchas gracias.

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