Tu lugar en el mundo te esperaba en un valle recóndito más allá de Viaña.
"Sospecho que en mi relato hay falsos recuerdos"
(Todos los textos entre comillas son de Jorge Luis Borges y su "El Aleph")
No justifiquemos los caminos que emprendamos, al final todos nos llevarán a Roma o a Santiago...o a Viaña.
¿Quién te iba a decir a ti que aquella excursión sin premeditar, a la aventura, un paso de Burgos a Cantabria, acabara en tu lugar en el mundo?
"Se dijo (sin demasiada fe) que suele estar muy cerca lo que buscamos"
Hoy me he hecho la promesa de no interferir en lo que dicta la ruta, como si nunca la hubiese hecho, como si fuera por detrás de mí misma, mientras escribo esto, que creo no hacerlo, me vuelvo lectora .
"Redactó unos párrafos; cuando quiso escribir la tesis atroz de que no hay dos instantes iguales..."
Aunque fuese mi camino de diario y yo la sombra del acebo.
Y aunque no lo leas, porque el tiempo se nos deja vencer y lo dejamos todo para mañana.
Si tan siquiera podemos elegir qué clase de flor seremos.
Y llegados a este punto, a este lugar recóndito donde confluyen todos los lugares del mundo donde quisiéramos quedarnos a pasar el resto de nuestras vidas. Donde ajenos al presente se nos permite escuchar los silbidos del agua, los alientos del viento, la denostada nostalgia por no haber visto nunca el mar.
No he de centrarme hoy en la liviana memoria de que yo estuve allí porque la desmemoria se ocupa en cavar profundos fosos donde no puedan salir las ensoñaciones que vivimos despiertos.
No necesitaba nada más que un puente, un río, una montaña, una casa, un camino...no necesitaba nada más. ¿Acaso no era eso lo que dibujaba mi mano infantil?
"En los libros herméticos está escrito que lo que hay abajo es igual a lo que hay arriba"
¿Cuántas veces se repetirá la imagen y te asaltará la misma pregunta, por qué no cruzaste el puente?
Te cuesta reconocer que no has salido de tu propio confinamiento, cuesta porque cada día te lo reiteran, como una amenaza que te absorbe y te encoge y te dice: nunca estuviste allí porque los sueños ya no se llevan. Así que no podrás darle salida a todos esos deseos incumplidos porque has dejado de soñar y ahora solo respira embozado el presente.
Y a la orilla de los reveses, ...el puente se aleja, la salida también.
Y aunque por momentos veas claros en el bosque, la presunción de que algo nunca dejará de inquietarte sigue lastimando en la distancia.
"Quien ha entrevisto el universo, quien ha entrevisto los ardientes designios del universo, no puede pensar en un hombre, en sus triviales dichas o desventuras, aunque ese hombre sea él"
El camino te aleja, te sume en la melancolía de cada despedida.
El camino bordea cada pérdida, cada desdicha, como si desoyera a la razón.
Cada día que pasa lo sientes perdido, qué tal un año, dos, ¿quién cuenta los años de los demás, quién mueve el engranaje del mundo?
En la vasta soledad de las soledades, se ampara el horizonte para figurar no ser visto.
Tu casa, o la mía, descuidadas por el semblante del miedo, porque crees que ya tiene rostro.
Y los muros que nos separan no son de piedra ni de coraje.
Como acostumbro, siento que recuerdo, miro las piedras que otros dispusieron para caminar con pesadas cargas.
¿No habré muerto?
Abro la puerta de mi casa. Oigo el río con las ventanas cerradas, lo oigo a cientos de kilómetros de él. Oigo el río si me presto a su alusión.
Agosto 2019.
Dedicado a mi hijo.
Cuánto amor tiene este relato, aquí demuestras el amor qué siente tu corazón,ese vacío que tienes que te falta un pedacito de ti, de tus entrañas esa tristeza que no se puede ocultar que a través de estas palabras expresas como tú bien dices con esa melancolía y con tanto amor de madre un fuerte abrazo amiga que fuerza tienes increíble.
ResponderEliminarLo que os une, amiga mía, tener a nuestros hijos tan lejos, nos compenetra más. Tu hija como él mío, tomaron esa decisión, y cada una tenemos nuestra manera de expresar su ausencia. Muchas gracias, un abrazo.
EliminarFascinante recorrido por la melancolía a través del Valle de Viaña y fascinante tu forma de expresarla. Las fotografías nos van mostrando, paso a paso los caminos irreductibles de la tristeza, embargada por una hermosura teñida del verde de los valles, humedecida por las cristalinas gotas de agua que conforman los riachuelos que atraviesan el lugar, y que tú, con tu narrativa, nos la haces sentir convirtiéndola en un deleite y nos haces acompañarte en esa eterna búsqueda, deseando encontrar también nuestro lugar en el mundo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti por esa forma que tienes de componer con palabras hermosos comentarios. El lugar en el mundo de cada uno puede ser uno o pueden ser múltiples, hay que salir a buscarlos. Un abrazo.
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