martes, 1 de diciembre de 2020

UN DESFILADERO EN LÁNDRAVES. VALLE DE VALDEBEZANA. BURGOS.

 



Yo estuve en Lándraves, dos veces. En la primera visita hice lo que veis ahora, dedicar la tarde a recorrer el barrio de Arriba, el de la iglesia.  Sin saberlo, porque a menudo voy sin rumbo fijo, sin pretensiones, una vez llegué al templo vi por primera vez las montañas protagonistas de ese desfiladero llamado de las Palancas.




Desde la distancia y el tiempo transcurrido, veo que siempre estuviste ahí mientras me detenía en cada detalle que me salía al paso.



Y hubo un momento en el que las viviendas desaparecieron y tu cogiste el vuelo del águila, las nubes de sueños infantiles y te hiciste copa de árboles cercanos. 




Llegué a tu iglesia, con advocación de San Cristóbal Mártir, en un lento destino que auguraba una plácida tarde.
Ya intuía que no iría a ver el desfiladero, no hoy, quizás otro día.




Ahora me detengo en solicitar información sobre ti y la encuentro en el libro "Amo a mi pueblo" de Emiliano Nebreda Perdiguero.
"...es gótica con arcos y nervaturas de piedra. El ábside es rectangular y la portada es renacentista, de medio punto, sencilla bajo pórtico abierto...
El retablo mayor es neoclásico. Sus libros parroquiales dan comienzo en 1596..."




Llegado a este punto, al cementerio, os dejo los datos de población, sigo con el interesante libro de Emiliano:
"...Estaba poblado por 34 personas en el año 1848, como atestigua Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico. Duplicó su población, en línea con la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y contaba en 1900 con 71 habitantes. La dura primera mitad del siglo XX ya hizo mella en él y presentaba en 1950 un censo de 27 personas. Y la inexorable emigración de la segunda mitad del siglo ha hecho que llegue al año 2000 con tan sólo 8 habitantes"




Pero me costaba darte esquinazo, estabas ahí para recordarme que había llegado hasta Lándraves para recorrerte y sin embargo, era Lándraves quien había ganado el pulso a la tarde.
Sin tan siquiera saber si en otra ocasión volvería, me dejé llevar por tus maravillosas vistas.




Y me quede sentada en tu regazo, madre iglesia, viendo las nubes transitar sin prisas.



Y luego seguí buscando las costillas de la tierra, las rocas que heridas se hacen llamar cuevas.



"...y la torre es una espadaña, barroca, con remate moldurado y bolas, con tres huecos y dos campanas, rematada en pináculos y cruz..."
Emiliano Nebreda.



Llegado a este punto, retomo el cuaderno y te busco datos, aunque puedan parecer anodinos. Encontré en el Nomenclator del año 1876, estos índices:
"Edificios habitados constantemente  20
Habitados temporalmente          0
Inhabitados            5
Edificios de un solo piso    5
Edificios de dos pisos      20"




Declinando la tarde, la mía, pues siempre me alojaba lejos de donde recalaba, me dispuse a ir descendiendo hacia el barrio de Abajo, junto a la carretera.



Avanzado septiembre qué pocos viajeros iba a encontrarme.


Y ahora es cuando quiero confundir, mejor fusionar, las dos visitas que te hice. Donde acaba una y empieza la otra.

Lándraves es el pueblo que nos adentra en el desfiladero de las Palancas.

Yo estuve en Lándraves, dos veces. 




Qué decir de tu fuente...



Dos caños como los dos ríos que se abrazan en Lándraves.




Y volví a contar, a localizar datos de tu población, solo 4 habitantes en 2019, solo 4.




Las fiestas del pueblo son para San Cristóbal, vuestro patrón y también celebráis San Cosme y San Damián.



Un pueblo que es inicio de una bellísima ruta.



"En la parte más alta del valle de Manzanedo, alejado ya del curso del río Ebro, en la carretera que recorre todo el valle de Incinillas a Soncillo, a orillas del río Trifón, afluente del Ebro, y del arroyo de la Pisa y en terreno desigual, se encuentra situado Lándraves, a 21 km de Villarcayo y 84 de Burgos..."
Emiliano Nebreda.


Fijáos qué cerca tenía Munilla. Quizás nunca vuelva allí y perdí esa oportunidad. 



Y desde aquí dejo de escribir, alguna palabra se colará, porque esta ruta está muy bien detallada en diversos blog.



Me preguntas por qué.



Porque a cada paso, en cada senda, he intentado prestar voz a cada árbol, a cada piedra.
O mejor dicho, intentar oírlos.



Porque lo mío, no es la distancia, ni el desnivel, ni las horas.



Lo mío es tratar de anudarme al paisaje.



Recorrer sendas con el alma por delante.






Estos son la clase de sendas que busco y añoro.






























Como veis, no ha sido mi intención dar explicaciones de cómo hacer esta ruta.
 Cada cual que haga su ruta a la medida deseada. Me decanto por no tomar parte del tiempo pero sí del agua que fluye, de cada piedra y hoja que desliza su forma bajo la sutileza imparable del agua.
A cientos de kilómetros, mientras escribo esto, vuelvo a sentir lo mismo que sentí cuando estuve en Lándraves y su desfiladero. Consigo trasladarme en el tiempo y escapar y voltear el aire como si por unos momentos todo esto me estuviera pasando de nuevo.











Aquí me detuve, nunca llegaría a Munilla, lo supe entonces, lo sé ahora.






La manzana en el jardín del Edén.
























Yo estuve en Lándraves dos veces, en septiembre del 2018.

Imprescindible:
"Amo a mi pueblo" de Emiliano Nebreda Perdiguero.


Quizás haciendo mal uso del tiempo libre, del que escaseo, mis disculpas, pero hoy es el cumpleaños de mi amiga Paqui, y solo sé regalar entradas.
A Paqui Garrido por su lectura pausada, por su incondicional amistad.

6 comentarios:

  1. Qué bonito Rosa, me has dejado una vez más emocionada,tengo que agradecertelo triplemente más, porque se lo ocupada que estás siempre con tu trabajo,el poquito tiempo que tienes, encima un día de trabajo hacerme este bonito regalo, que como tú dices no sabes nada más que regalar entradas para mí es un regalo mas valioso, porque está hecho con el corazón..... y los pies nunca mejor dicho con las caminatas que te has pegado para hacernos disfrutar ahora de tus entradas en este caso de landraves de Burgos.
    Parece que me lees el pensamiento a veces,porque encima mientas mi querido San Cristóbal bendito, para mí es uno de mi fan preferido, siempre lo llevo conmigo, qué decirte que tú ya no sepas ya nos conocemos por suerte Rosa, qué muchísimas gracias por este acuerdo que has tenido, un fuerte abrazo amiga.

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    1. Si recogiéramos a medida de lo que sembráramos, necesitarías muchos "graneros". Te mereces tanto, esto es solo un poquito. Gracias, amiga.

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  2. Rosa feliz año aunque sé que estás muy atareada, como no tengo otra opción por otro lado para felicitarte pues lo hago por aquí, cuando puedas lo ves, algunas veces me dedico a leer lo que escribes vaya fotografías bonitas, cuidaros mucho,un abrazo.

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    1. Es un buen lugar para dejar las felicitaciones, como un buzón donde pueden entrar cartas de todas las provincias. Muchas gracias, mi deseo igualmente para ti y los tuyos, un saludo

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  3. Y luego seguí buscando las costillas de la tierra, las rocas que heridas se hacen llamar cuevas.
    Me decanto por no tomar parte del tiempo pero sí del agua que fluye, de cada piedra y hoja que desliza su forma bajo la sutileza imparable del agua.
    A esto, y no a otros ensayos publicados por gentes sin espíritu, le llamo yo literatura. Logras, Rosa, emocionar con tus palabras y por eso te lo agradezco tanto. Las imágenes, como tus textos, indispensables. Agustin Blanco, con admiración.

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    1. Intento dejar aquí las impresiones que capto en cada camino. No logro transmitirlo tal como me sugiere en esos momentos, largos, en los que solos, el paisaje y yo, nos encontramos. Luego intentar plasmarlo, cuesta, a veces consigo esa aproximación, otras no. Siempre recordaré lo que me dijiste en cierta ocasión, que no dejabas pasar el tiempo entre ese momento que te cedía una historia y la escritura. Ese es mi fallo y el no ser capaz de elegir las palabras adecuadas que bailen solas y se fusionen en textos bellísimos, lo que tú sí que realizas. Gracias, muchas gracias.

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