miércoles, 1 de noviembre de 2023

UN PASEO BOTÁNICO ALREDEDOR DE RIÓPAR EL VIEJO (ALBACETE)

 


"...Amante pardo de vetusto lustre,

antes de derruido quiero verte oculto

entre tierra almagra que tu cuerpo guarde

dentro de su regazo de madre encinta que olvidó parir.

Y si un día te encontrasen,

allí estará el liviano recuerdo de los pasos que di

cuando aún no era yo, cuando fui y cuando dejé de serlo"


Antonio Maldonado Muñoz.





En la creciente alborada tras encaramarme al cenit de este monte-pueblo atisbo cual será la ruta de este año. Vislumbro la pista que lleva a la cortijada del Villar y de su derecha, parte un reguero de tierra que penetra en la vegetación, me pregunto a dónde irá.




Iglesia del Espíritu Santo.





Pero para llegar hasta aquí, al intentar rozar el abismo de las ruinas del castillo, habré pasado antes por su iglesia y, ladera arriba, ascenderé a su antiguo cementerio. Se alcanzan vistas únicas e irrepetibles y es que cada año las circunstancias desencadenan una fotogenia difícil de igualar.
Con el tiempo, he ido viendo cómo se transformaba Riópar el Viejo, como si un crío fuera cuando lo conocí, ha crecido y ya no es un bastión solitario. Sigue siendo la atalaya de la sierra, reclamo de visitantes y puerto desde donde partir hacia otros mundos.



El pueblo y la sierra se van despertando del letargo que imponen las nubes bajas, es el momento de iniciar esta ruta. Podría haberla comenzado en el sendero que parte de la fuente situada junto al cementerio nuevo, pero requiere preparación. Así que desciendo la carretera y aparco cerca del indicador al Villar, en un ensanche.




Recordemos, a la izquierda iríamos a El Villar y Fuente Grande y de ahí al Gollizo, otra aldea que merece una visita.
Nos vamos a la izquierda, veo un poste desnudo, por la situación imagino que debe ser el sendero que une los dos Riópar.




Es tiempo de ver pasar las hojas, de no intentar detenerlas. Veo a los chopos elevándose revestidos de amarillo.




Me doy cuenta que será la primera vez que rodeo la silueta encrespada de Riópar el Viejo.




Pero como he decidido que la ruta de hoy sea un paseo botánico, comienzo a nombrar las especies que conviven en este binomio pueblo-sierra.
Salix cinerea, sauce ceniciento.




Son estas veredas las que adoro, con sus escaramujos, sus zarzas, sus espinos.




Llama la atención la gran cantidad de endrinos, Prunus spinosa.




Algo que no debería ocurrir, que se pierdan los indicadores, una lástima.




Quizás espino negro??




Coscoja, carrasquilla, Quercus coccifera.




Aprieto el paso porque oigo el agua, es la del arroyo del Rigüelo.




Un arco natural de encinas.




Mi favorito: majuelo, espino albar, Crataegus monogyna.




Muros delimitando parcelas. Aromáticas como el tomillo, el romero, la mejorana, bajo encinas de buen porte.




Ya se va transformando la silueta de nuestro pueblo. Los colores del otoño engalanan las orillas de la mole que, a 1.138 m., compite con el resto de montañas. Pero sigamos con la botánica.





Peral común, Pyrus communis.





Algo poco habitual, la simbiosis, de un majoleto con un olivo.
Ambos crecen 





A la derecha, junqueras.






Cornejo, sanguino, Cornus sanguinea.

"...Se utilizaba para hacer mangos de herramientas y pequeñas piezas torneadas. Las ramas delgadas se utilizaban para cestería...también fueron utilizadas para hacer flechas..."
Wikipedia.




En el pueblo no había tierra para cultivo, obsérvese cómo en las laderas, en bancales, se ha ido labrando.





Y como fondo, montañas, unas conocidas desde su cima, otras no.







"Hoy, antes del alba, subí a las montañas, miré los cielos llenos de luminarias y le dije a mi espíritu: "Cuando conozcamos todos estos mundos y el placer y la sabiduría que contienen, ¿estaremos tranquilos y satisfechos?" Y mi espíritu dijo:" No, ganaremos esas alturas solo para seguir adelante"

Walt Whitman.





Aquí vemos como estos cuidados olivos son el contrapunto a otros muchos que, a pesar de que crecen sin podas, siguen echando fruto.





Caminaremos un trecho por pista asfaltada y hallaremos un poste, R2,
si mal no recuerdo es el sendero que une los dos Riópar. Pero vuelve la duda, ¿a dónde me dirijo? escojo mi izquierda.





No me he equivocado, llego hasta el siguiente.





Y de nuevo a elegir. Como voy sola, me dirijo primero hacia la izquierda, no es mi camino. Así que a retroceder y a la derecha.





Aprovecho la ocasión para pedir que marquen mejor los senderos porque si no tienes ninguna aplicación, es mi caso, cuesta encontrar la dirección.





Entre los pinos crece desenfrenada una vid.





Hasta aquí llego, se va perdiendo la línea del sendero.





A la derecha se ven las primeras viviendas de Riópar.
No continúo porque la bajada sobre acículas de pinos se las trae, prefiero no jugármela.





Me acerco a la izquierda para ver que atisbo, una blanca cortijada surge tras la alameda, lástima que no halle el acceso por aquí.
Decido volver tras mis pasos.





Paseo botánico pero también podría llamarle Circular a Riópar el Viejo, porque voy admirando todas sus aristas.





Entre los olivos me detengo porque huele a curry, siempreviva del monte, Helichrysum italicum.

Es tóxica la parte aérea"





Enebro rojo, Juniperus oxycedrus.

La madera es aromática, de color rojizo, grano fino, muy resistente a la putrefacción, fácil de trabajar..."





Recordarán este paso, venía de la derecha. Como no quiero hacer una ruta lineal, me aventuro hacia la izquierda, siempre daré con terreno conocido.





A unos metros me sale de nuevo otra bifurcación, a la derecha, 
"La Carrasca" pero un cartel mas adelante prohíbe el paso.





Voy acercándome a la carretera.





Membrillo, Cydonia oblonga.

"Puede alcanzar los 6 metros...
Los romanos usaban membrillos; el libro de cocina de Apicio proporciona recetas para guisar el membrillo con miel..."




Dentro de esa paleta de colores amarillos que nos regala el otoño destaca el caqui, palosanto, Diospyros kaki.
Puede alcanzar hasta los 30 m.





Creo que esta agrupación de casas se llama El Carrizal.





A la izquierda, nogal común, Juglans regia.
Puede alcanzar los 25 m. de altura





Justo en este momento recuerdo que a mi derecha hay un camino que lleva al Cortijo de la Humildad. 
El año pasado llegué hasta él descendiendo desde el mirador que se encuentra a medio camino de donde he iniciado esta ruta y el pueblo.
Habría sido un paseo botánico de lo más completo por la variedad  de plantas y árboles, hasta un serbal pude admirar.





A mi izquierda, salgo de la carretera en dirección a Casas Majana.
Son un complejo de viviendas de alquiler.





El paraje es delicioso.





Voy buscando el antiguo molino de Picote. Aquí lo tienen.





Y su bien conservado y enorme caz.





Mirando hacia atrás.





Para que se hagan una idea. Aun así, navegando por viejos mapas, encuentro que su caz corría paralelo a la carretera y tenía más longitud de lo que hoy se aprecia.




Punteado en azul pueden ver el caz en este antiguo mapa.




Si intentamos esclarecer el pasado de Riópar podemos dirigirnos al Catastro de Ensenada (1753):

"...la localidad contaba con unos 60 vecinos o familias es decir, aproximadamente 240 habitantes. De ellos, la mayoría se concentraban en la localidad, mientras que 4 familias lo hacían en casas de campo.
Había 68 casas, "las treinta de ellas habitables, veinte derrotadas y maltratadas y las diez y ocho destruidas y con necesidad para su subsistencia de muchos reparos", situación que muestra la crisis ya citada.
La economía local descansaba en la agricultura. En el término municipal había 3.300 cuerdas o fanegas sembradas, de las que 1.000 eran de regadío, 1.700 de secano, 200 de matorral, 100 de viña y 300 eran dehesas pertenecientes a los propios concejiles.
Predominaba una agricultura de subsistencia, siendo los principales cultivos el trigo, la cebada, el centeno, las legumbres, el cáñamo y algunos frutales.
El sector secundario se centraba en la transformación de cereales, existiendo un molino harinero en el río de la Vega, propiedad del Concejo, y 5 hornos de cocer pan. La artesanía se limitaba a la existencia de un sastre..."


Historia local y social (por Abenaxara)
"Ruta histórica por la villa de Riópar (Albacete)"






Ya estoy de nuevo en la carretera y justo de mi izquierda parte un camino bien conocido, espectacular,  nos llevaría, entre otros, a La Dehesa, Cortijo del Buho, Miraflores.





Te dejo entre interrogantes pues no hallo tu nombre. Eres la planta invasiva de estos bosques, alcanzas una altura considerable envolviendo a pinos.





Sigo rodeando la peña y me doy cuenta de que hay cuevas que derraman su abertura al abismo.





Aunque esta carretera es muy transitada no hay ningún problema pues su arcén es ancho y pronto nos desviaremos. El cartel nos indica una variedad de posibilidades igualmente interesantes, de hecho la estrecha carretera que deja a un lado nuestro viejo Riópar merece la pena, es el acceso para subir a la imponente Almenara, o para llegar a Paterna del Madera, Bogarra, Vianos o Alcaraz, ahí es nada. Ya bajo sus sombras adivinaremos unos cuantos senderos Verdenace, potente idea de conectar con Paterna varias poblaciones.





Ruinas entre "candiles de oro"






"La naturaleza es el único libro que ofrece un contenido valioso en todas sus hojas"

Goethe.





Toca desviarse a la derecha.




Una auténtica carretera de montaña. 





Haremos un alto en la fuente. Nunca la he visto secarse.





Los azulejos son de Martí i Miralles. L´Alcora- Castelló.






Tras un sauce negro la peña solitaria no parece presagiar lo que contiene.





A la izquierda, un cerezo, Prunus avium. Uno de los árboles más seductores por su amarillo otoñal, aún le queda soportar más frío.






Nuestro desvío y al fondo, sin vegetación, el escarpado Almenara (1.796 m.)






El omnipresente Padroncillo (1.586 m.)





Nunca he venido a Riopar el Viejo cuando las nieves se deshacen, imagino extensos regatos por cada hendidura del monte que lo acoge.





Chopo, álamo negro, Populus nigra.
Puede superar los 30 m.





Próximo a concluir este paseo pienso en que era el único monte que podía albergar una fortaleza, solo este enclave podía ser vigía y paraíso a la vez.





Cuando acabas una ruta piensas, con nostalgia, en lo que has hecho y a la vez te planteas, con anhelo, cuál será la siguiente. 
La aventura es improvisar; la seducción, lo que no imaginabas.

29 de octubre del 2023.




6 comentarios:

  1. ¡Muchas gracias por incluirme en tu paseo! Cada foto de plantas hace llegar sus olores y envidiarte por haber estado ahí. Ojalá te lean y marquen las rutas como es debido.

    Un abrazo

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    1. Es tal y como debía ser, incluir a un poeta y amigo.
      En cuanto a señalizar las rutas creo que el problema se puede solventar fácilmente y con apenas coste, la pintura, no falla, las marcas permanecen.
      Tiene su encanto el que me equivoque puesto que eso me permite encontrar nuevos accesos, desconocidos rincones. Gracias siempre a ti, un abrazo.

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  2. Caminante como siempre te digo cada paso que das parece que vamos contigo! Otra ruta para el recuerdo con ese toque de poesía de nuestro amigo Antonio,que nos la has hecho llegar más adentro de nosotros un fuerte abrazo y a seguir sumando rutas.

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    1. Con lo que me escribes me quedo, "caminante", así me gustaría que me recordaran. Antonio, como amigo nuestro y poeta, también caminante, ocupa un lugar privilegiado. Y tú, un abrazo.

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  3. Dices: Te dejo entre interrogantes pues no hallo tu nombre. Eres la planta invasiva de estos bosques, alcanzas una altura considerable envolviendo a pinos. Hola Rosa Cruz, la planta se llama Clematis vitalba-Hierba de los pordioseros- vidarra etc, etc..Saludos

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  4. Muchas gracias por su aportación, un saludo.

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